jueves, 13 de marzo de 2014

Tu factura de la luz será casi indescifrable



Tu factura de la luz será casi indescifrable El Gobierno ha decidido que el precio de la luz sea impredecible. Si entender la factura nunca fue fácil, ahora será prácticamente imposible, con hasta 1.488 consumos y tarifas diferentes (uno por cada día y cada hora). A partir de junio, prepárate para llevarte un susto con lo que pagas.
Tras las últimas turbulencias, el Gobierno se aparta y ya no fijará los precios de la luz para los 17 millones de consumidores que aún tienen contrato con una comercializadora de último recurso (tarifas que hasta ahora eran reguladas por el Ministerio de Industria y Energía).
Este cambio radical también afectará a quien está en el mercado libre (tarifas sin regular) pero con ofertas que iban revisando sus precios según las variaciones en la tarifa regulada. 

7 claves de una complejísima reforma

  • 1. Adiós a la tarifa regulada: en la práctica, la antigua tarifa regulada (TUR) desaparece. El precio de la luz lo decidirá el mercado y variará cada día y cada hora, con hasta 1.488 consumos y tarifas diferentes. Ya no habrá un Ministerio diciendo a cuánto está el kWh en la tarifa regulada. A los precios del mercado se añadirán los 2 elementos que va a seguir decidiendo el Gobierno: los peajes (o tarifas de acceso) y un margen para las eléctricas (con un tope máximo fijado por el Gobierno). 
  • 2. Un método "oficial": la tarifa regulada da paso a un método "oficial" para calcular lo que se cobra al consumidor. La fórmula es esta: precio variable del kWh según el mercado + los peajes + el margen fijado por el Gobierno. Este método se aplicará a quien se quede en las antiguas compañías de tarifa regulada (se llamaban comercializadoras de último recurso y ahora serán "comercializadoras de referencia").
  • 3. Tarifas "personales": cada consumidor pagará un precio diferente. Todo dependerá de su consumo real cada día y a cada hora. Pero esto será así solo para quien tenga instalado un contador digital. Con el resto (los contadores viejos no saben cuánto has consumido en una hora determinada) se aplicarán unos perfiles de consumo medios y preestablecidos.    
  • 4. El precio de la luz será impredecible y con sustos: será imposible conocer el precio de la luz con antelación. Aunque la teoría dice que este sistema podría permitir ahorros, en la práctica solo los expertos comprenderán lo que están pagando. Será difícil comprobar si te han cobrado el precio correcto o no.  
  • 5. Opción de pago anual: existirá la posibilidad de pagar un precio fijo por el kWh durante todo el año. Será una modalidad mucho más transparente y estable, pero también más cara. El precio de estas tarifas anuales será elegido libremente por cada eléctrica, pero solo las comercializadoras de referencia estarán obligadas a ofrecer esta opción. El pago anual podrá tener compromisos de permanencia (como ya ocurre ahora con las ofertas del mercado libre) y no habrá discriminación horaria.
  • 6. Más compañías "oficiales": cumpliendo ciertos requisitos (antigüedad, número clientes...) cualquier eléctrica podrá ser comercializadora de referencia (lo que antes eran comercializadoras de último recurso) y vender luz según el método "oficial" descrito en el punto 2. 
  • 7. Todo empieza en junio: el nuevo sistema debería llegar a tu factura el 1 de junio de 2014.   

Quedamos a merced de las eléctricas

Con estos cambios el Gobierno dejará de sufrir electoralmente: ya no van a tener que comunicar ninguna tarifa oficial ni apechugar con las subidas, que se achacarán al veleidoso mercado.
Es una manera evidente de lavarse las manos y dejar a los consumidores a merced de las empresas.
  • Lo bueno: el nuevo sistema puede suponer cierto ahorro a los escasos consumidores que tienen contador digital... aunque solo si se preocupan de conocer en detalle el cambiante precio diario de la luz. 
  • Lo malo: la factura será menos transparente y las eléctricas adoptarán agresivas estrategias comerciales que llevarán a muchos consumidores a pagar una tarifa mucho más elevada sin ni tan siquiera saberlo.