viernes, 24 de julio de 2015

El proceso sería similar al que congeló buena parte del mundo durante el siglo XVII y principios del XVIII


La noticia ha causado impacto entre climatólogos de todo el mundo. Y no es para menos. Un grupo internacional de investigadores, liderado por V. Zharkova, de la Univesidad de Northumbria, acaba de revelar, durante el Encuentro Nacional de Astronomía en Llandudno, en Gales, que estamos a punto de experimentar una nueva «Pequeña Edad de Hielo» similar a la que congeló una buena parte del mundo durante el siglo XVII y principios del XVIII. Será entre 2030 y 2040.
Como es sabido, el campo magnético del Sol varía a lo largo del tiempo. Y estas variaciones magnéticas en la ardiente atmósfera solar tienen una influencia directa en la radiación electromagnética que emite el astro rey, así como en la intensidad de sus flujos de plasma y en el número de manchas en su superficie. La variación en la cantidad de manchas solares tiene una estructura cíclica, con máximos que se producen cada once años y que tienen efectos concretos sobre el medioambiente de la Tierra. Esos efectos pueden medirse observando la presencia de ciertos isótopos (como el carbono 14 o el berilio 10) en glaciares o en los árboles.
Pero existen numerosos ciclos diferentes que se repiten una y otra vez, con diferentes periodos y propiedades, aunque los mejor conocidos son los de once y noventa años. El primero se manifiesta con una reducción periódica de manchas sobre la superficie solar. Y su variante de 90 años se asocia con la reducción periódica en el número de manchas en determinados ciclos de once años.
En el siglo XVII se produjo un prolongado periodo de calma, llamado «el Mínimo de Maunder», que se extendió desde 1645 a 1700 y durante el cual las manchas solares prácticamente desaparecieron por completo. Durante este periodo, en efecto, apenas se contabilizaron unas 50 manchas solares en lugar de las cerca de 50.000 habituales. El análisis de la radiación solar, además, ha demostrado que sus máximos y mínimos coinciden casi siempre con los máximos y mínimos en cuanto al número de manchas.
Ahora, en un amplio estudio publicado en tres artículos diferentes, los investigadores han analizado el campo magnético de fondo de todo el disco solar durante tres ciclos completos de actividad (del 21 al 23), aplicando el denominado «análisis de componentes principales», que permite reducir la dimensión de los datos y el ruido estadístico para identificar solo las ondas que contribuyen en mayor medida a los datos de observación. El método podría compararse a la descomposición de la luz blanca por medio de un prisma, para detectar por separado las frecuencias de los diversos colores del espectro luminoso.
Como resultado, los investigadores lograron desarrollar un nuevo método de análisis, que les ayudó a descubrir que las ondas magnéticas se generan en el Sol por pares, y que el par principal basta para dar cuenta del 40% de la variación de los datos. Por lo tanto, se puede considerar al par principal de ondas como responsable de las variaciones del campo dipolar del Sol, que cambia su polaridad de polo a polo en cada ciclo de actividad de once años.
Utilizando su nuevo método de análisis, los científicos describieron la evolución de estas dos ondas y calcularon la curva de variación de las manchas solares (principal indicador de la actividad solar). Lo primero que hicieron fue predecir la actividad magnética del sol en el ciclo 24 (en el que estamos actualmente, desde 2008), y sus datos coincidieron en un 97% con las observaciones directas.
Animados por este éxito, los autores de la investigación decidieron extender la predicción a los dos ciclos siguientes (el 25 y el 26) y descubrieron que el par principal de ondas provocará en ese periodo un número de manchas muy escaso. Lo que llevará a una fuerte disminución de la actividad solarhacia 2030 ó 2040, comparable a las condiciones que existieron durante el Mínimo de Maunder en el siglo XVII.
Esta reducción de la actividad implica una disminución de la radiación solar de 3W por metro cuadrado, más del doble de lo habitual, lo que llevará a un recrudecimiento invernal extremoy a veranos muy fríos. «Muchos estudios han mostrado que el Mínimo de Maunder coincidió con la fase más fría del enfriamiento global (en el siglo XVII), hasta el punto de que se la conoce como 'Pequeña Edad de Hielo' –afirma Helen Popova, física de la Universidad Estatal Lomonosov de Moscú–. Durante ese periodo se sufrieron inviernos muy fríos en Europa y Norte América. Durante el Mínimo de Maunder el agua de ríos como el Támesis o el Danubio se congeló, el Moscova se cubría de hielo cada seis meses, la nieve cubría las llanuras todo el año y Groenlandia estaba cubierta de glaciares». Helen Popova es la investigadora que desarrolló el modelo matemático que ha permitido predecir la evolución de la actividad magnética del Sol.

Una atmósfera terrestre más fría

Si se produce en la actividad solar una reducción similar a la registrada durante el Mínimo de Maunder, también la atmósfera terrestre se enfriará. Según Popova, si las actuales teorías sobre el impacto de la actividad solar en el clima terrestre son ciertas, entonces el próximo mínimo de 2030 traerá un enfriamiento significativo, muy similar al ocurrido durante el siglo XVII.
Sin embargo, solo durante los próximos entre 5 y 15 años será posible tener una certeza absoluta sobre lo acertado de estas predicciones.
«Dado que nuestro futuro mínimo tendrá una duración de al menos tres ciclos solares, que es de unos 30 años, es posible que la disminución de la temperatura no sea tan drástica como durante el Mínimo de Maunder –explica Helen Popova–. Pero debemos examinar los datos con detalle. Estamos en estrecho contacto con climatólogos de varios países y seguiremos trabajando en ello».
La idea de que la actividad solar afecta al clima en la Tierra apareció hace ya mucho tiempo. Se sabe, por ejemplo, que basta una ligera variación de un 1% en la actividad solar para causar cambios medibles en la distribución de temperaturas y del flujo de aire en todo el planeta. Los rayos ultravioleta tienen efectos fotoquímicos, que llevan a la formación de ozono en la atmósfera, a una altura de 30 ó 40 km. Y el flujo de rayos ultravioleta aumenta considerablemente cuando se produce una llamarada solar. El ozono, que absorbe los rayos del sol lo suficientemente bien, se calienta como consecuencia de este aumento de radiación y afecta a las corrientes de aire en las capas bajas de la atmósfera y, en consecuencia, al clima.
También la emisión de partículas cargadas aumenta con la actividad solar. Y esas partículas alcanzan la Tierra y se mueven en complejas trayectorias, causando auroras, tormentas geomagnéticas y problemas en las comunicaciones por radio.

El beso de Singapur, el olvidado truco que provoca súper orgasmos



orgasmoSi se nos pregunta qué podemos hacer para mejorar nuestra vida sexual, probablemente pensaremos en todos esos trucos que han terminado por convertirse en lugares comunes, como prolongar los preliminares, probar alternativas como el sexo oral o el anal, disfrazarse de alguna cosa ridícula… En lo que raramente repararemos es en algunas técnicas milenarias como la del pompoir y su variante árabe, el kabazza.
El sexo tiene que ver con la fricción, y de ahí la obsesión que muchas mujeres –y hombres– tienen por el tamaño de los penes. Se entiende que, a más tamaño (preferiblemente grosor a longitud), mayor será la satisfacción. Dicho pensamiento se encuentra en la base del conocido como pompoir o, más poéticamente, el beso de Singapur (o, de forma más elusiva, el toque de flauta).
¿En qué consiste? Se trata, básicamente, de una técnica sexual en la que la mujer utiliza su vagina para estimular el pene del hombre como si lo estuviese succionando. De ahí su nombre, pompoir, que en francés sería algo así como “chupadora”: la vagina produce un efecto semejante al de la boca durante el sexo oral. En lugar de moverse cabalgando o embistiendo, la pareja permanece quieta y ella utiliza el músculo pubocoxígeo para estimular la erección masculina, lo que se traduce en orgasmos más intensos tanto para él como para ella.
No se trata de una técnica nada sencilla, y aunque algunas mujeres nacen con la habilidad natural de realizar estos movimientos musculares, muchas tienen que entrenarse para conseguirlo. Los libros de historia arrojan algunos casos, como ocurre con la amante del rey Francisco I y Enrique II de Francia, Diane de Poitiers, que tenía una habilidad especial para esta técnica. Como señala un artículo publicado por Emma Gold en GQ, en Shanghai circula la historia de una prostituta capaz de introducir y sacar el pene de su amante simplemente con los movimientos de su vagina.
Un largo camino hacia el placer
Al parecer, la tradición nació en la India hace más de 3.000 años, y de ahí se extendió a otros países orientales como Tailandia o Japón. Parte de la educación de algunas geishas, se centra en desarrollar esta técnica, así como la de las Devadasis indias proscritas desde el año 1988. De hecho, existe una variación conocida con el nombre de kabazzah, y en la cual participan también los músculos del abdomen. La fijación de algunas celebridades por las prácticas sexuales orientales como el sexo tántrico, han devuelto al pompoir a la actualidad amatoria.
La posición ideal para practicar esta técnica es aquella en la que la mujer se sitúa encima del hombre, puesto que es ella la que marcará el ritmo y la intensidad del encuentro sexual, aunque también puede practicarse de lado. Es más, resulta necesario que el hombre se encuentre en una posición absolutamente pasiva, ya que el movimiento debe ser sutil. Es necesario que la vagina se encuentre dilatada y humedecida, para facilitar su movimiento. Y toda la responsabilidad se encuentra, por una vez, en el lado femenino, que decide a qué ritmo se realiza el acto.
Como explica Denise Costa, fundadora de la página Pompoir Book –una completa guía sobre el beso de Singapur–, en Salon, esta técnica no sólo permite al hombre tener orgasmos más intensos y duraderos, sino que puede provocar que la mujer experimente los tres tipos de orgasmos posibles, a saber: el vaginal, el del clítoris y el menos habitual de todos ellos, el del útero. En ocasiones, la contracción de la vagina se produce de forma natural cuando una mujer experimenta el clímax.
Ejercicios para reforzar la vagina
Muy pocas mujeres son capaces de lanzarse a realizar esta técnica sin haberse entrenado antes. Costa propone en el artículo una serie de técnicas que nos permiten ser capaces de hacerlo en menos de cinco meses, siempre y cuando nos comprometamos a una disciplina de practicar una hora al día. Entre estos ejercicios se encuentran todos los relacionados con el control de los músculos pélvicos, que son los mismos que evitan que la orina se escape: contracciones, apretar, empujar y otra clase de movimientos realizados de forma consciente cuentan como parte del entrenamiento.
Por lo general, esta clase de ejercicios que tienen como objetivo reforzar el suelo pélvico suelen recomendarse a aquellas mujeres que sufren problemas de pérdida de orina o para facilitar el parto, pero también pueden ayudar a reforzar la vagina. Por lo general, suelen basarse en mantener la contracción durante todos los segundos que sea posible, hasta los diez. Estas prácticas reciben también el nombre de ejercicios de Kegel, y pueden reforzarse a través de los conos vaginales (dispositivos que se insertan y que deben sostenerse gracias a la acción de los músculos) o del propio pene de la pareja. Sin embargo, se debe tener cuidado con estos ejercicios, puesto que su mala práctica puede agravar los problemas de incontinencia o provocar un prolapso.
Existe otra técnica asociada a esta, y que recibe el nombre de the mare’s trick (el truco de la yegua). Esta consiste en mantener el pene de la pareja dentro de la vagina, rodeando con las piernas el miembro del hombre y endurecer los músculos de la pelvis, lo que provoca que la erección no desaparezca, algo que puede llegar a ser doloroso en caso de que el hombre ya haya alcanzado el clímax, pero también ayudar a evitar los problemas de erección.

Confesiones de un Escort Masculino

Soy modelo y escort masculino de alto standing. Poca gente conoce nuestra vida real por lo que te contaré mi experiencia en este ámbito.
Confesiones de un escort masculino
Mi primera vez no estuvo mal, pero sin medias tintas, podía haber ido mucho mejor. Contacté con una agencia de escorts masculinos de lujo, la más pija, la que parecía tener más caché. Mi email fue algo así como “hola, me llamo Jordi, cumplo exageradamente los requisitos, os lo aseguro, no encontraréis un miembro más potente”. De aquella, ignorante de mi, pensaba que era el mejor amante de mis ex. Tenía claro que era un sex simbol de esos que hacen que a todas se les caiga la baba con solo mirarme. Hombre… No hace falta que dé explicaciones… Soy rubio, de ojos verdes, con físico potente y bien dotado, ¿qué más pueden pedir? 
Bueno, el caso es que después de mandar unas fotos y pasar una entrevista, decidieron enviarme a la primera clienta. ¿Cómo fue la cita? Un poco especial… Quedamos en un hotel, cenamos y mantuvimos una conversación como si fuésemos best friends de toda la vida. Todo parecía ir muy bien hasta que de repente… Salió del cuarto y se fue al baño. Apareció vestida completamente de cuero y látex, ¡parecía la Cat Woman en persona! ¡Imagina mi cara! Era mi primera vez, no tenía ni idea de lo que estaba sucediendo, me quedé en shock. Por suerte, ella adoptó el papel dedominatrix y yo intenté satisfacerla como pude. Tengo que confesarte que después de esta primera vez, nada volvió a ser como antes. Incluso busqué información sobre esto que ella hacía. ¡Me formé para estar preparado ante imprevistos!

Exigencias del guión

La gente cree que ganamos millonadas con este trabajo, pero no es así.¡Sudor y lágrimas nos cuesta a muchos hacernos con una clientela fija!¿Por qué fija? Porque hay muchas parejas y mujeres que nos contratan cada mes o cada dos meses, de forma regular. La forma más sencilla de entrar en este mundo es a través de una agencia que te solucione la vida,¡y alguna es muy exigente! No sólo te piden tener una verga descomunal, también poder mantener una conversación y ser educado. Y, bueno, ni que decir tiene que lo primero lo cumplo con creces, pero lo demás depende de cada agencia.

Gajes del oficio

Uno de mis compañeros está un poco quemado de todo. Ahora se dedica a los masajes eróticos, Shiva, pero también ha vivido alguna historia divertida. Concretamente, el año pasado, contactó con él un hombre pidiéndole ¡que se tirara a su mujer!  Lo primero que me dijo fue “Seguramente quiera matar a su esposa y ¡cargarme a mi el mochuelo! Además, en su casa estarán mis huellas y mi semen. ¡Fácilmente pueden ir a por mi!” ¡Hasta contrató a una abogada! Pero no, resultó ser todo 100% verdad. El caso es que la mujer lo había pillado con otra por lo que el cliente quería demostrarle que cualquiera podía tener un desliz. Todo esto lo hacía porque la quería mucho, algo parecido al final de Relatos Salvajes. Esteban cumplió la misión, se tiró a la mujer sin que ella supiera que había sido contratado y el marido hizo como que la pillaba In fraganti. Lo más gracioso es que, como dicen los horteras, resurgió la llama de la pasión, y a día de hoy siguen juntos.
La última aventura graciosa que viví, fue hace un par de meses. Un grupo de chicas, de 30 años, contactó conmigo para seducir a una de sus amigas. Esta chica lleva desde sus 17 años con el mismo hombre. ¡Una locura! Nunca en la vida había estado con otra persona. Las amigas decidieron enviarle mensajes, haciéndose pasar por mi, hasta que organizaron un encuentro. Me tuve que estudiar todo un papelazo para hacérselo creer a la clienta. El trato fue que tendríamos un sólo encuentro sexual, a la luz de una vela y no volveríamos a hablar, nunca más. Así lo hicimos. Nunca más volví a tener noticias de ella, pero las amigas me llamaron diciendo que era una mujer nueva. Así que igual va a ser verdad que tenemos ¡el elixir de la vida!
Confesiones de un Escort Masculino

Capacidad de asombro

Las prácticas sexuales más TOP, las que suelen demandar más, son la dominación, el cunnilingus, la privación de los sentidos, la penetración tanto vaginal como anal o una mezcla de todos estos aspectos. A la mayoría de mujeres les gusta que las dominen en el aspecto sexual. No hablo de la vida diaria. La famosa película “50 sombras de Grey” ha dado lugar a una gran confusión. Les gusta que les sujetes los brazos, les vendes los ojos (es una de las partes de lo que llamamos privación de los sentidos), les sujetes las caderas, las penetres con fuerza o les realices el cunnilingus de esta forma. El sentir placer por todo su cuerpo sin saber qué va a suceder le genera excitación a todas. Sin embargo, siempre nos encontramos con alguna excepción e incluso alguna petición extravagante. Una de mis clientas me pidió hacer un viaje con ella a Londres porque quería subir en la noria para que ¡nos lo montáramos en la cima! Ni que decir que este tipo de clientas a pesar de mi experiencia, ¡siguen superando mis expectativas día tras día!
A pesar de lo que pueda parecer en esta profesión, al igual que en el resto,te encuentras cosas buenas y malas. No siempre es un mundo “de color de rosa”, fácil y simple, donde lo único en lo que tienes que pensar es en mantener relaciones sexuales y disfrutar. No, no es así. Los escorts masculinos trabajamos única y exclusivamente para satisfacer a la mujer.Pero, hay una cosa que sí nos diferencia de las escorts femeninas. Una mujer si no quiere sentir placer se puede bloquear y realizar el acto sexual, sin más. Un hombre sí o sí va a disfrutar, por lo que tenemos que tener mucho autocontrol.
Nuestro trabajo es un arte más, dedicado al culto del cuerpo femenino.¿Qué suelen buscar más las mujeres? Hay un poco de todo. Desde chicas jóvenes que quieren tener su primera relación con un hombreexperimentado hasta mujeres mayores que desean vivir un affair extra matrimonial. Pero, lo que siempre buscan es comprensión. Una mujer necesita sentirse especial, única. Mantener una conversación contigo para generar una cierta conexión. No seamos necios y pensemos que todo es “aquí te pillo aquí te mato”. No. Nuestro trabajo lleva un proceso. Tenemos que crear un clima de confianza y comprensión para que la mujer se relaje y quiera quedarse con nosotros. Esa es la clave de nuestra profesión, lo que marca la diferencia con el resto.
Cosmo