Paola Paredes de 31 años, una fotógrafa de Ecuador, conoció la macabra situación que se vive dentro de una clínica donde internan a personas homosexuales. La noticia llegó a sus oídos porque una de sus amigas era paciente.
Al enterarse, la mujer pidió a sus padres que la ayuden a internarse y se metió en el instituto. Allí descubrió cómo intentaban "curar" la homosexualidad violando a las mujeres para "corregirlas", dejandolas sin comer, dandole drogas y alcohol.

Durante su recorrido se escondió un micrófono para poder dejar todo grabado. "La pasé realmente mal, me la pase temblando y muy asustada durante toda mi visita", relató.