Inquietante
y, pasional, el rojo es el compañero perfecto para el día y un
incondicional amante de noche. Lo puso en escena Elizabeth Arden y Dior,
Yves Saint Laurent y Coco Chanel vistieron con él la sonrisa de mujer
seductora
Madrid, (EFE).- Inquietante, pasional y femenino,
el rojo es el compañero perfecto para el día y un incondicional amante
de noche. Un tono que puso en escena
Elizabeth Arden y con el que después los diseñadores
Dior,
Yves Saint Laurent y
Coco Chanel vistieron la sonrisa de mujer seductora.
“Me encanta el rojo, es el color de la vida”, decía Christian Dior,
quien en 1953 ideó una barra de labios roja, ‘Rouge Dior’, vestida con
una lujosa capucha en forma de obelisco para regalar a sus clientas como
detalle de Navidad.
Ese labial, que ahora celebra su 60 cumpleaños, resulto ser el favorito de la actriz
Marlene Dietrich,
que adoraba al modisto. Prueba de ello, fue el pulso que le echo al
director de cine Alfred Hitchock, “No Dior, no Dietrich!”, antes de
protagonizar “Pánico en la escena” (1950).
Pero la protagonista de “El ángel azul” (1930) no fue la única que sentía pasión por el “Rouge Dior”, la princesa
Grace Kelly también era fan y atesoraba su labial en un cofre chino.
“Me encanta el rojo, es el color de la vida”, decía Christian Dior
Pasional e inquietante, el rojo sobre la
boca es
símbolo de la feminidad. Hoy, la musa de Rouge Dior, Natalie Portman,
cree que “Christian Dior pensó que la barra de labios era un arma de
seducción esencial, algo mágico”.
De la moda a la belleza
Perfeccionista y muy disciplinada, Coco Chanel, que en 1930 ya se
había consolidado en el mundo de la moda, dio un paso más y saltó al
universo de los cosméticos con una barra de labios roja.
“Como los ojos son el espejo del alma, por qué no admitir también que
la boca es la intérprete del corazón”, decía Coco Chanel, diseñadora
que no salía de casa si antes no se pintaba los labios, tal era su
devoción y su exigencia por el maquillaje que no descansó hasta que no
descubrió un rojo ideal para su labios.
Una vez descubierto, en 1954 decidió lanzarla al mercado empaquetada
en un embalaje rectangular que imitaba al frasco de su perfume Chanel Nº
5.
A partir de ese día, el rojo se ha ido declinando poco a poco en
otras tonalidades hasta conseguir una amplia paleta cromática que da
cobertura a mujeres con distinto tono de piel y de cabello, gracias al
talento del director artístico de la “maison”, Peter Philips.
Maquillador que apuesta por barras de labios que hidraten y duren, así como por la imagen fresca y jovial de
Vanessa Paradis, que esta temporada es imagen de la barra de labios roja de
Chanel.
El rojo genera emociones, impacta y no pasa desapercibido, un simple
rubor carmesí sobre la boca realza, ilumina y proyecta seguridad.
“Los zapatos de tacón rojos son al porte lo que el rojo de labios es al rostro”
“Los zapatos de tacón rojos son al porte lo que el rojo de labios es
al rostro. Acentúa, precisa y redefine una presencia”, decía Yves Saint
Laurent.
Existe un rojo para cada mujer, bien sea morena, castaña, rubia o
pelirroja. “Para una piel clara, resultan fabulosos los rojos sangre,
mientras que a las morenas le quedan muy bien los burdeos”, explica la
maquilladora de Yves Saint Lauirent, Eva Escolano.
Sin embargo, a las castañas, les favorecen “los anaranjados” y a las
pelirrojas “los tonos intensos en naranja o rojo muy fuerte”.
¿Y para las más tímidas, para las que no se atreven en este color?.
“Siempre animo a las mujeres a que prueben un labial rojo, tono con el
que te sientes más poderosa, más femenina y más guapa”, asegura la
maquilladora.
Elizabeth Arden, pionera
Fue
Elizabeth Arden quien creó el primer labial rojo allá por 1910 con la intención de dar un azote a la sociedad más puritana de Estados Unidos.
En aquella época, muchas sufragistas estadounidenses maquillaban sus
labios de rojo como modo de protesta para huir del encorsetamiento de la
época victoriana.
Justo en ese momento, Elizabeth Arden aparece en escena y se une en
la lucha de estas mujeres creando un nuevo color rojo que marcaría
tendencia.
Años después, a medida que las mujeres se involucraban en la Segunda Guerra Mundial, Arden creaba varios tonos rojos, como el
Rojo Montezuma y el
Rojo Victoria, a juego con los uniformes, un gesto que ponía en evidencia que la mujer podía ser patriota, valiente y sexy.
Una vez afianzado, este lápiz de labios se convirtió en el producto
estrella de la belleza. La actrices de Hollywood enloquecía con él, se
sentía hiperfemeninas. Actrices como Elizabeth Taylor, Lana Turner, Joan
Crawfor y Gloria Swanson contribuyeron a que este fabuloso tono se
pusiera de moda.
Los rojos de Evita Perón, Coco Chanel, Marilyn Monroe de entonces son
comparables a los carmines y fucsias de Scarlett Johansson, Anne
Hathaway o Monica Bellucci de ahora, explica la maquilladora británica
Linda Cantello.
Revisamos la historia
Pero el rojo sobre los labios se remonta a las mujeres de la antigua
Babilonia que trituraban piedras semipreciosas para colorear los labios.
Cleopatra ideó una fórmula para conseguir un rojo atractivo
Las de Egipto se aplicaban un delicado pigmento de color malva
extraído del yodo o el bromo y la mítica Cleopatra ideó una fórmula a
base de huevos de hormiga, escamas de pescado y escarabajos carmín para
conseguir un rojo atractivo.
En la antigua Grecia, a las mujeres con los labios pintados se las
relacionaba con una vida disipada, arropada de perversión y lujuria. En
el siglo XVI, durante el reinado de la reina Victoria I, se realzaban
los rostros blancos níveos con unos labios rojos pintados con extractos
vegetales.
Años después, en 1770, el Parlamento de Inglaterra aprobó una ley que
decía que las mujeres podrían ser procesadas si intentaban seducir a un
hombre con los labios pintados. Y, en 1880, la reina Victoria advirtió
que lucir públicamente maquillaje era descortés.
Por fortuna las cosas han cambiado y ahora, las mujeres han optado
por pintarse los labios de rojo como ocurrió en el “crak” de 1929 en
Estados Unidos, según aseguró la maquilladora británica Linda Cantello,
en unas declaraciones al “Corriere della Sera”.
Siete de cada diez mujeres no salen de casa sin su pintalabios y
tienen hasta ocho de diversos tonos, explica Cantello, que trabaja para
Giorgio Armani.
El pintalabios es “un índice imprescindible de ciertos momentos
históricos, un modo de animarse”, y “también un gesto nostálgico lleno
de poesía”, señala.
Dice la experta que hay que tener “valor” para pintarse los labios de
rojo pasión, pero Cantello tiene un truco: “ser osada y después no
mirarse al espejo”. EFE.