perezagua
Quizás los turcos o los rusos abran una oficina de reclutamiento en nuestro país al leer que no hacen falta caros misiles para tirar aeronaves al suelo. Con una buena pedrada, en 1989, un veterinario en situación de desempleo descalabró un moderno helicóptero militar.
Sucedió el 10 de agosto de 1989 en el termino municipal de El Boalo (Madrid), concretamente en la zona de Mataelpino. Allí Luis Perezagua Galán (59 años, casado, sin hijos y con fama de tranquilo) estaba, según declaría en una entrevista al ABC, “recogiendo semillas y hojas de menta” cuando, de buenas a primeras, un aparato Bell UH-1D, de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (Famet)  pasó por allí reventándole el bucólico paseo.
La versión del Ejercito
El helicóptero estaba detenido en el aire cuando el paseante, emulando una mítica escena de Rambo, lanzó contra él “un objeto indeterminado“, de forma tan certera que la piedra o majada seca de vaca habría impactado contra el rotor de cola o en una de las palancas de dirección, haciendo al aparato perder altura y estrellarse.
Dos de los ocupantes de aparato derribado sufrieron politraumatismo; el tercer ocupante, el capitán Pedro Martínez Molinero, salió ileso, por lo que pudo salir del coche  y vio huir un Ford Fiesta de color rojo del que tomó los datos. Al poco, la 112 Comandancia de la Guardia Civil en Alpedrete (Madrid) capturaba al fugitivo.
La versión de Perezagua 
Según informó El País, el abogado del veterinario afirmó que éste ya había formulado varias denuncias por las molestias que causaban  las maniobras militares en la zona, pero que nunca arrojó piedra alguna contra el aparato militar. Según él, al aparecer el ruidoso aparato, únicamente le hizo gestos indicándole que se fuera de allí. La  nave y sus tripulantes contestaron con un vuelo rasante sobre él, y fue al intentar recuperar altura cuando el aparato se dio el zurriagazo contra el suelo.
Sobre sus supuesta huída, el entonces vecino de la madrileña calle de Puentearea aclaró que nada más lejos de la realidad. ¿Huir? Había ido en busca de ayuda al cuartel de la Guardia Civil de Becerríl, donde le dijeron que, si no estaba herido, se podía marchar a su casa.
A todo esto, compañeros de los tres militares que viajaban en el aparato siniestrado declararon: “no es la primera vez que nos tiran piedras cuando volamos por esta zona de la sierra. La semana pasada, sin ir más lejos, nos lanzaron algunas, aunque no tuvimos tan mala suerte“.
¿Qué pasó al final?
Luis Perezagua quedó en libertad sin cargos y desapareció en las tinieblas de los años 90. Si usted tiene algún problema y se lo encuentra quizá pueda contratarlo.
portada
Con información de los medios citados, Cretinolandia , Teinteresasaber.com y Forocoches.
Jaime Noguera tiene una pedrá dada y por eso escribió España: Guerra Zombi.