lunes, 24 de noviembre de 2014

La avioneta misteriosa o la falta de costumbre

La última oportunidad
La avioneta misteriosa o la falta de costumbre

Que tire la primera piedra el que no haya escuchado y/o/u hablado de la avioneta misteriosa de Córdoba, que cada dos días y entre las 00.00 y las 1.30 hacía un ruido del copón surcando nuestros tranquilos cielos. Que la tire el que esté libre de pecado. Lo que parecía una avioneta y resultó ser un avión de carga comercial modelo Antonov, ha tenido entre en vilo y sobre todo divertida a una ciudad que no está acostumbrada a esos extraños sonidos nocturnos procedentes de un avión.
No, no vivimos en el siglo XIX. Simplemente es que no estamos acostumbrados a esos sonidos que son tan habituales en las grandes ciudades del mundo desarrollado: los aviones. Nuestro aeropuerto lleva décadas sin acoger vuelos comerciales diurnos, y nunca despegaron de aquí aviones del tamaño del Antonov de madrugada. Es cierto que la ciudad de Córdoba está sobre la vertical de un corredor aéreo, y que de madrugada (sólo hay que echarle un ojo a la aplicación del Flight Radar) pasan unos cuantos aviones por encima sin que suenen. Cierto. Pero los que lo hacen, primero vuelan siempre mucho más alto que el Antonov (éste va a unos 6.000 metros de altura y el resto a algo más, en torno a los 10.000) y segundo no llevan cuatro motores de hélice, que son extremadamente ruidosos.
El famoso Antonov no es, además, una avioneta, sino todo lo contrario: es un avión de carga comercial fabricado en Ucrania que pesa unas 100 toneladas, que tiene capacidad para transportar 45 toneladas y 300 soldados, aproximadamente. O sea, poca broma con el bicho aéreo. Además, Córdoba no es la única ciudad sobrevolada de madrugada por este pedazo de avión, que sale de Londres por la noche y aterriza en Tetuán ya entrada la madrugada.
Lo que pasa es que Córdoba puede ser, casi seguro, la gran ciudad menos acostumbrada a soportar tráfico aéreo de madrugada sobre sus viviendas por la casi total falta de actividad de su aeropuerto, que además cierra con el ocaso.
Córdoba aún sigue guardando la esencia de noches en silencio de la que carecen las grandes ciudades con aeropuertos escupiendo aviones a todas horas. ¿Se imaginan a los madrileños adivinando en mitad de la noche un ruido de una extraña avioneta que los sobrevuela? Probablemente, no llegarían ni a escucharla.