lunes, 24 de noviembre de 2014

Diario de una prostituta


Inicie desde muy niña, a los 13 años si mi memoria no me falla, y fue porque uno de mis cinco hermanitos estaba gravemente enfermo, mi madre no le importo “uno menos sería más pan para los demás…” no quise que muriera, y decidí venderme con el tendero –un viejo de 70 años quien después de satisfacerse me dio quinientos pesos- que me ayudaron a llevar a mi hermanito a la Cruz Roja.

Querido Diario: Te voy a contar como inicie en este negocio, recuerdo que era muy niña y la primera vez no fue tan sencillo… porque no es como… cuando lo haces con alguien a quien quieres “no hay amor, ni cariño, ni siquiera caricias; todo es frío y caliente…”
Desde pequeña vi como mi madre y mi padrastro acompañaban sus caricias con películas, al principio no las entendía, después supe que tenías que cobrar por hacerlo, eso es a lo que me dedico: “intercambiar sexo por dinero”.
Los riesgos son inmensos desde ser contagiada de alguna enfermedad mortal, hasta ser víctimas de diversas perversiones sexuales. La agresión física, es el factor principal puesto que existe cada “loco”que te pide extremos para excitarse hasta aquel triste hombre que solo quiere ser escuchado.
Por lo general esperas a tus clientes en una calle oscura, no importa si hace frío o llueve, una debe lucir“sexy” mini falda roja y botas, nos vemos vulgares por donde le busques, pero ese es  el atuendo, sino te confunden y entonces no tienes éxito y no comes…
Inicie desde muy niña, a los 13 años si mi memoria no me falla, y fue porque uno de mis cinco hermanitos estaba gravemente enfermo, mi madre no le importo “uno menos sería más pan para los demás…” no quise que muriera, y decidí venderme con el tendero –un viejo de 70 años quien después de satisfacerse me dio quinientos pesos- que me ayudaron a llevar a mi hermanito a la Cruz Roja.
Después mi madre vio la fortuna que era y decidió que me encargara de ellos, y se largó… nunca volvimos a saber de ella, pero no importo. Mi satisfacción es que los saque adelante, todos con estudios o al menos lo que puede darles, nunca les falto el pan a la mesa, ni cariño, somos una “familia” y lo principal no se avergüenzan de mí; por el contrario existe un “respeto de madre”.
Yo también  tuve sueños, siempre creí que un día vendría mi “príncipe azul” nos enamoraríamos, y me sacaría de esta vida miserable, le daría ese “gran beso” y seriamos felices para siempre, pero no, y es que nunca, pero nunca, nunca debes dar besos en la boca, esa es la regla, no se quien lo dijo por primera vez, pero así se maneja este negocio y una no puede hacer nada para cambiarlo, pues terminaríamos enamoradas de nuestros clientes. Es raro, pero hasta nosotras, tenemos corazón.
Aunque el glamour es importante, lo principal es el busto, entre más grande lo tengas más demanda tienes, te buscan, te acosan, y te pagan lo que sea por tenerlas en sus manos. El maquillaje y la peluca también son esenciales, pues te da la personalidad: “quisiera en ocasiones saber que piensan en ese momento…”.
En este negocio, tengo muy buenas amigas es raro, pero las tengo, todas somos buenas mujeres, putas, pero buenas mujeres, tenemos sueños, aunque siempre nos preocupa el sobrevivir y una vez que lo logras, entonces como todo persona: aspiramos a la felicidad. Lo que hacemos es un trabajo, una forma  más de ganar dinero.
Cuando era niña, no imagine que un día sería puta, claro que vivía en una calle donde el negocio se ejercía con total libertad y de forma tan natural que enseguida aspiras a unirte al gremio.
Lo cierto es que puta o no, siempre lo haces, el sexo, está en la mente de todos, solo que la diferencia sino eres puta, es que no sales de tu casa, así como no te pagan por hacerlo y puedes besar en la boca, quizá solo así, estas más cerca de la felicidad, aunque ese sea el bien menos visible.
Pero ya hablando en confianza, te cuento que los hombres cuando están borrachos te prometen tantas cosas, juran que te llevaran a su casa, que se van a casar contigo, que se van a deshacer de sus mujeres, porque ellas no han logrado darles esos minutos de felicidad que solo con nosotras encuentran. Tonterías. Mal chiste de borrachos; pero en el momento una se hace tantas ilusiones “ser una esposa, tener su casita, hijos y sobretodo un hombre que te quiere por ti, no por lo que puedas satisfacerle…”
Y regresa la fría realidad, jamás podrás tener bebes… porque si quieres tener éxito en la profesión, debes cuidar tu cuerpo, porque nadie te toma en cuenta si te pones fea y gorda. Haces amigos, que te invitan a salir, algunos incluso te llevan a lugares elegantes y te presentan como su “esposa” así que no solo es la imagen de la minifalda y botas; también tenemos “sentimientos”, que tengas un buen corazón no significa que algunos hombres no te sean repugnantes y cuando la necesidad no te aprieta, simplemente les dices que no, que no acostumbras a irte con los clientes y se acabó.
Otros sin embargo te excitan, dices sin andar dando tantas vueltas, con este “papi”, yo lo hago gratis, aunque se empeñan siempre en pagarte, ni modos de oponerte si para eso estas en ese lugar todas las noches. En este empleo no tienes vacaciones, no te enfermas, si lo haces no existe paga y sin dinero no comes, no disfrutas de la vida diurna, donde tus vecinos ni siquiera imaginan lo que haces por las noches.
La intimidad es única. Algunas veces se tiene la necesidad de tener un novio, de tener sexo por placer, que no es lo mismo que por trabajo y cuando estas en medio del acto experimentas las cosas más hermosas que dentro de las relaciones laborales no pueden ser, no quiero decir que una prostituta sea una mujer vacía, una mujer fría y material, sino que no te puedes estar enamorando cada media hora y perdiendo ese amor en los siguientes diez minutos, lo otro es que la mayor parte de las veces uno no escoge con quien irse al cuarto, sino que es la necesidad la que dicta que debemos hacer.
El tubo es una parte más de tu cuerpo y te dejas ir en el con tanta naturalidad que se excitan y quieren poseerte en ese instante, luego te llueven las propuestas, las invitaciones diversas, el cuartito oscuro, los olores, los placeres inmediatos. Y la trampa, cuando alguien no te gusta te mueves tan rápido que logras una eyaculación en tiempo record, pero casi siempre te reclaman, quieren más, al parecer se dan cuenta de la treta usada, pero quien “no se amaña no se apaña”.
Y regresa mi sueño de tener tu casa, tus hijos y una vida a la que todo mundo llama normal, aunque lo más normal consiste en trabajar y tener dinero, eso es lo que yo hago, ganar dinero, quizá un día mi necesidad deje de ser la económica y piense en hacer otra cosa, además para  que sigas ganando bien, necesitas tener a tu favor dos cosas fundamentales, poca edad y un buen cuerpo, después andas tomando lo que las demás ya no quieren y esa no debe ser la finalidad de una mujer prostituta.