lunes, 30 de junio de 2014

UN LEÓN SIN HUEVOS


José Antonio Illanes
José Antonio Illanes

Sabido es que a uno de los leones de las Cortes, ese hermoso palacio convertido en cueva que a todos nos representa, le falta el saco escrotal, o sea, los huevos. ¿Y qué hace ese león de aspecto feroz, en la puerta de las Cortes, sin huevos? Y leona no es, que luce melena. Eso mismo se dijeron los eruditos del Canal Historia, que estudiaron el caso y concluyeron que no existe razón artística, histórica, biológica o de cualquier otro tipo que justifique la ausencia de tan imprescindible elemento en todo león que se precie.

Y se ofrecieron a costear el implante, que no se diga. Pero al ministro Wert le pareció mala idea eso de toquetear los bajos de los leones. No, no, agradezco la iniciativa por su “carácter desinteresado” y “afán enciclopedista”, pero no, nada de saco escrotal, que me conozco la moralina de Albertito Gallardón, no me toquen el ídem. Y sus técnicos, uno imagina que bien aleccionados, alegan que de realizarse el implante “la diversa composición de las partes puede ocasionar el efecto de pila galvánica, con el consiguiente deterioro por corrosión". Tranquilo, Albertito, que a este león no le faltan los huevos, es al otro al que le sobran, y si hay que igualar, igualamos por defecto, como el IRPF o el IVA.

Yo no sé por qué esta gente de la caverna lleva tan mal el asunto de los sacos escrotales en el arte. Ya en 1958 el cardenal Segura, que odiaba a Franco por ir bajo palio sin ser la Virgen, mandó capar a todas las esculturas de la ciudad romana de Santiponce, en Sevilla, y en una jornada esterilizaron a cincel y martillo, sin anestesia ni nada, a Mercurio, Meleagro, Niobide, Trajano, Adriano… yo qué sé… y a medio equipo de atletismo del Olimpo. Que algunos llevaban el saco escrotal desde el s. IV a.C., que conste, pero nada, ¿qué es eso de ir por la vida con los huevos al aire? Hasta ahí podíamos llegar. Y capados están.

Pero lo más preocupante de esta historia es el informe del ministerio, donde dice que “los leones de las Cortes son el símbolo de nuestra más preciada institución democrática”. Es decir, que a nuestra democracia la simboliza un león capado. Pónganse ustedes a pensar.