Tanya Phillips, una británica con una hija de 18 meses y que nació con las piernas llenas de manchas rojas, decidió pasar el día de su cumpleaños por una tienda de tatuajes para que tanto ella como su marido se tatuaran las mismas manchas que tiene su hija.
"La mayoría de la gente podría pensar que es muy extremo, pero para nosotros era lo más natural que podíamos hacer para asegurar que nuestra hija nunca se sintiera diferente o sola en el mundo", explicó Tanya al diario británico Mirror.
"Adam y yo decidimos de inmediato que queríamos que Honey-Rae se sintiera especial, que su marca de nacimiento era algo para sentirse orgulloso y no avergonzado". Tanya pagó 80 libras para que su marido se tatuara, durante dos horas y media, las manchas, que se extienden por toda su pierna derecha. "Fui a ver cómo se hizo una parte. Se veía lastimado, pero no había duda, en nuestras mentes era perfecto".
Un mes después le tocaba el turno a Tanya. "Fue muy doloroso, sobre todo porque tenía una flor para cubrir algunos de los antiguos tatuajes de estrellas, pero valió la pena cada segundo del dolor", dijo. "Cuando bajó la hinchazón, se lo mostré a Honey-Rae, lo tocó suavemente y sonrió mientras decía 'idéntico'", señalando a su propia pierna.
"Adam y yo decidimos de inmediato que queríamos que Honey-Rae se sintiera especial, que su marca de nacimiento era algo para sentirse orgulloso y no avergonzado". Tanya pagó 80 libras para que su marido se tatuara, durante dos horas y media, las manchas, que se extienden por toda su pierna derecha. "Fui a ver cómo se hizo una parte. Se veía lastimado, pero no había duda, en nuestras mentes era perfecto".
Un mes después le tocaba el turno a Tanya. "Fue muy doloroso, sobre todo porque tenía una flor para cubrir algunos de los antiguos tatuajes de estrellas, pero valió la pena cada segundo del dolor", dijo. "Cuando bajó la hinchazón, se lo mostré a Honey-Rae, lo tocó suavemente y sonrió mientras decía 'idéntico'", señalando a su propia pierna.
