el
6 de enero, día en que los Reyes Magos
visitan cada casa para dejar los correspondientes regalos, y con ellos,
el tradicional roscón de Reyes.
Este mítico dulce
con sorpresas en su interior, es
el habitual desayuno de esa mañana en las casas españolas. Con distintos
tipos de forma, ingredientes y decoración, todo el mundo conoce este
postre. Pero a pesar de ello,
numerosas preguntas aparecen en torno al roscón.
¿Cuál es el origen de este tradicional dulce?
En realidad el roscón de Reyes no tiene ninguna relación con la
Navidad, ni con los Reyes Magos, ni siquiera con las coronas reales. Se
trata de una tradición que
nació en la época romana, en la llamada 'Fiesta del Esclavo' celebrada cuando finalizaban los duros trabajos de campo.
¿Por qué contiene un haba en su interior?
En forma de recompensa se repartían tortas hechas de miel, higos y dátiles, con un haba seca en su interior que
simbolizaba la suerte y prosperidad.
El esclavo que se hiciera con este haba quedaba libre de trabajar
durante todo el día y recibía todos los lujos dignos de un rey. Después,
la tradición pasó a celebrarse el día 6 de enero gracias a los
franceses, que utilizaron este postre para la fiesta infantil navideña
'Le Roi de Fave',
en la que el niño que descubría el haba se convertía en el rey del
festejo. Sin embargo, en la actualidad el significado del haba ha
cambiado, siendo la figurita la que te convierte en rey y el haba lo que
te obliga a pagar el postre, o incluso a cocinarlo con tus propias
manos.
¿Cómo llegó la tradición a España?
Dicen los pasteleros madrileños que los roscones de Reyes fueron
traídos por la dinastía Borbón a España y posteriormente exportada a
América. En teoría,
el rey Felipe V de España, tío del
rey francés Luís XV, fue el que de forma bastante temprana trajo a
nuestro país este dulce, que se fue convirtiendo en una de las
costumbres más populares.
¿Dónde tuvo mejor acogida el roscon de Reyes?
Con el tiempo la tradición fue pasando de los más nobles al pueblo llano, siendo
Madrid y Sevilla
las ciudades que más adoptaron esta costumbre. En nuestros días, Madrid
está considerada como la capital del roscón, pues cada año se suelen
consumir unos 2,5 millones de piezas en la capital.