miércoles, 10 de diciembre de 2014

La mujer de Rajoy, las bolas del árbol de la Moncloa y la escalera de mano




La austeridad rodea las navidades de Mariano y Elvira en La Moncloa. Los recortes en palacio son tales que hasta Elvi tiene que encargarse de colocar las bolas en el abeto subida una escalera. Además, en la recepción de Navidad, los cientos de invitados se tendrán que contentar con unas simples croquetas en vez de las brochetas de cigala con huevos de codorniz que les ofrecía Zapatero. Hay quien teme que ello haga que la imagen internacional de la institución acabe por los suelos...






"El capítulo mas anecdótico es el de la decoración del citado salón de tapices para la recepción, pues es la propia Elvira quien se sube en persona a una escalera para colocar las bolas del gran abeto de cuatro metros que adorna la estancia".

El periódico El Mundo salía este sábado con un peculiar publirreportaje sobre la austeridad que se ha instalado en La Moncloa desde la llegada de Rajoy, especialmente de la mano de su mujer, Elvi, que lleva estos tres años con una obsesión enfermiza por el ahorro doméstico, según se desprende del texto.

El artículo de Consuelo Font habla de la recepción que el matrimonio ofrecerá a cientos de periodistas el martes 16, en la que "Rajoy, imbuido de la filosofía del recorte, ha introducido ostensibles cambios, cuyo brazo ejecutor curiosamente ha sido la discreta Viri", se lee.

"Y es que, si en tiempos de Zapatero se tiraba la casa por la ventana en este ágape, donde exquisiteces culinarias como las brochetas de cigala con huevo de codorniz o los petites crépes de pollo al curry, se unían a la impactante decoración del salón, con las mesas engalanadas con espectaculares centros navideños, hoy han cambiado mucho las tornas", afirma la sagaz periodista tras sus investigaciones.

El reportaje sigue atizando al de la ceja y afirma que "lejos de aquel plantel de camareros elegantemente uniformados, y las guapas azafatas con cestas que repartían dulces navideños, ahora los cocineros y camareros que sirven el ágape son los que trabajan a diario en Presidencia. En lugar de las delicatessen anteriores, ellos se encargan de cortar y poner en bandejas los jamones, lomos y otros comestibles que regalan a Rajoy en estas fechas, añadiendo tortillas de patata y croquetitas que se elaboran en la cocina de palacio".

Pero este esfuerzo de regeneración del matrimonio va mucho más allá porque "junto con los manjares, han pasado también a mejor vida las finas mantelerías, sustituidas por los manteles blancos de diario, y los centros navideños de ponsettias y piñas, que han cedido paso a sencillos pinsapos, que duran toda la Navidad", asegura la redactora.

Y remata el retrato de la inquietante austeridad que Elvi ha instaurado en Palacio con un párrafo sublime: "Aunque el capítulo mas anecdótico es el de la decoración del citado salón de tapices para la recepción, pues es la propia Elvira quien se sube en persona a una escalera para colocar las bolas del gran abeto de cuatro metros que adorna la estancia".

El infumable panegírico termina con un alegato machuno sobre el trabajo de la mujer de Rajoy: "Un titánico esfuerzo del que Elvira Fernández esta muy satisfecha, pues lo considera su aportación personal a la tarea de gobierno de su marido".


Fuente: 'elmundo.es/loc/2014/12/06/5482079fe2704ec5328b4577.html'