sábado, 25 de mayo de 2013

Siete canciones que escuchábamos de pequeños y que no eran tan inocentes

Yo fui a EGB
Las hemos cantado todos millones de veces cuando eramos pequeños, hasta el punto de convertirlas casi en himnos de nuestra infancia. Pero ahora, que ya no somos tan niños, volvemos a oírlas y descubrimos que en realidad no eran tan inocentes.

Hoy recuperamos cinco de aquellas canciones infantiles y fijándonos en sus letras nos preguntamos: ¿estarían consideradas hoy en día como recomendadas para los más pequeños de la casa?

Boom Boom Chip – ‘Multiplícate por cero’





Un caso de bullying puro y duro, que demuestra que aunque por aquel entonces no conocíamos esta palabra lo de hacer el vacío a un compañero de clase es tan viejo como la lista de los Reyes Godos.



Todos en la clase alucinados, eres un pelota y un pesado
Una pesadilla en el recreo, si veo tu cara me mareo


Escuchar a estos cinco niños soltando perlas como “Multiplícate por cero te lo pido por favor, multiplícate por cero y divídete por dos” mientras te apuntan con sus dedos simulando una pistola da un poco de miedito, ¿no? Por no hablar de ese “Toma, toma y tomaaa” que parece el grito de guerra perfecto para descargar toda tu agresividad.

Teresa Rabal – ‘No vamos a estudiar’





La buena de Teresa Rabal incitando a los niños a hacer pellas y quedarse en casa en vez de ir al cole a estudiar. Sí, vale, te advierte que “un borriquito serás“, pero después de todos los argumentos que nos ha soltado para cada uno de los días de la semana casi que nos quedamos en la cama y aceptamos burro como animal de compañía. ¿No vale también para no ir a trabajar?



El lunes, sí…comienza la semana
qué gusto estar en cama, no vamos a estudiar.
Miércoles, sí… me duele la cabeza
sería una torpeza, hacerme levantar.
El sábado si… tampoco es oportuno
no puede haber ninguno, con ganas de estudiar.


Enrique y Ana – ‘Haz ruido’





Por un lado nuestras madres desesperadas porque nos estuviéramos tranquilitos y por otro Enrique y Ana incitándonos a hacer ruido, mucho ruido, hasta que nos estallen los oídos. ¿A quién hacemos casos?

Vale absolutamente de todo, mientras haga ruido, pero llega un momento que se les va un poco la pinza y se vuelven un poco macarras, ¿no? ¡Es la guerra!



Coge el martillo, la llave inglesa, pega la mesa con un cucharon,
Pincha una rueda, mete primera dale que dale que explote el motor.


Chispita y sus gorilas – ‘Comer, comer’





Por supuesto que hay que comer para poder crecer. Pero una cosa es comer y otra el atracón que se pegan Chispita y sus gorilas (que no son otros que Tito y Piraña de ‘Verano Azul’). Esto ya es bulimia. Por no hablar del cuento que le echa la niña, mintiendo como una bellaca.



Que si no como me duele la tripa,
me ataca la gripe y no puedo dormir,
me pongo roja se me hinchan los ojos
me tiemplan las piernas de tanto sufrir
Quiero comerme 300 gallinas
morcillas muy finas, crocanti y helao.
Quiero comerme tortilla de setas
patatillas fritas y un buen bacalao.


Regaliz – ‘Buenas noches, señor monstruo’





Nuestros monstruos clásicos como Drácula, Frankenstein y el Hombre Lobo revisitados por el grupo Regaliz podríamos imaginar que iban a resultar totalmente inofensivos, pero no, la cosa se queda bastante gore. Me río yo del hombre del saco.



Uno es Drácula el conde,
vaya vaya mira por donde,
las persigue y las mata,
y se les bebe su sangre
como si fuera un cubata.
Tanto el doctor como el monstruo,
disfrutan matando mozas,
pero por más que lo intentan,
están ya un poco carrozas.


Los Punkitos – ‘Caca, culo, pedo, pis’





¡Hala! ha dicho una palabrota. Todos sabemos lo que les gustan a los niños todas esas palabras prohibidas que los mayores se empeñan en insistir una y otra vez que no digan. Los Punkitos hacen de ellas todo un himno y manual de buenos modales. ¿Y lo bien que te quedabas después de cantarla?

Federico ha matado a su mujer


Aunque para bestia, lo que se dice bestia, aquella canción popular que las niñas utilizaban lo mismo para saltar a la cuerda que a la goma o dar palmas. Mucha atención a su letra, no tiene desperdicio.



Federico ha matado a su mujer
la hizo picadillo y la puso en la sartén.
La gente que pasaba olía a carne asada
era la mujer de Federi-co.