Igor, feliz con su "zapatillota".
Un ucraniano que vive en Estados Unidos
pasó 6 años sin poder caminar bien, dado que no encontraba la manera de
que le confeccionaran a medida un par de calzado. A una empresa le
demandó 5 meses y 20 mil dólares fabricarles unas deportivas.
Aunque fue una orden difícil de cumplir, Igor Vovkovinskiy, el hombre más alto de los Estados Unidos, recibió su propio calzado deportivo hecho a la medida de su enorme pie.
Vovkovinskiy es oriundo de Ucrania, pero a los siete años su madre lo llevó a Minnesota para que le atendieran de su enfermedad, conocida como gigantismo pituitario. Entonces medía 1,83 metros.
El hombre más alto de los Estados Unidos, que actualmente mide unos 2,34 metros de alto, ha sufrido durante mucho tiempo para encontrar zapatos a su medida, talla 48,5.
Desde que tiene memoria, tuvo un solo par de zapatos. En 6 años, fue operado 16 veces en sus pies por el daño causado por calzados que le aprietan. Caminar cómodo era, hasta ahora, una utopía.
"No he podido tener una caminata feliz desde hace seis años, que es algo que he extrañado y sé que mi perro ha extrañado", manifestó. "Nada más anhelo salir a caminar con mi perro, sólo caminar por el vecindario".
Sin embargo, su suerte cambio: el hombre de 30 de edad que vive en Minnesota, recibió el jueves tres pares de zapatos hechos a la medida, que le costaron a la compañía Reebok cinco meses de trabajo y unos 20 mil dólares.
Mientras se probaba un par, contó que se sentía como si estuviera "caminado en almohadas o colchones", según publicó el medio local Post-Bulletin.
Vovkovinskiy es oriundo de Ucrania, pero a los siete años su madre lo llevó a Minnesota para que le atendieran de su enfermedad, conocida como gigantismo pituitario. Entonces medía 1,83 metros.
El hombre más alto de los Estados Unidos, que actualmente mide unos 2,34 metros de alto, ha sufrido durante mucho tiempo para encontrar zapatos a su medida, talla 48,5.
Desde que tiene memoria, tuvo un solo par de zapatos. En 6 años, fue operado 16 veces en sus pies por el daño causado por calzados que le aprietan. Caminar cómodo era, hasta ahora, una utopía.
"No he podido tener una caminata feliz desde hace seis años, que es algo que he extrañado y sé que mi perro ha extrañado", manifestó. "Nada más anhelo salir a caminar con mi perro, sólo caminar por el vecindario".
Sin embargo, su suerte cambio: el hombre de 30 de edad que vive en Minnesota, recibió el jueves tres pares de zapatos hechos a la medida, que le costaron a la compañía Reebok cinco meses de trabajo y unos 20 mil dólares.
Mientras se probaba un par, contó que se sentía como si estuviera "caminado en almohadas o colchones", según publicó el medio local Post-Bulletin.
