martes, 11 de octubre de 2016

«No puedo creer que un partido socialista se una a la extrema derecha, eso me mata»


Gijón 11/10/2016

-¿Qué tal se encuentra?
-Lo estoy pasando mal. Siempre me dicen que camino como si tuviera 40 años y ayer (por anteayer), después de estar sentada cuatro horas esperando mi turno, cuando me levanté de la silla no podía ni caminar. Está pasando algo que para mi es horroroso. Horrible. Es mi vida...
A Ángeles Flórez, a quien todos conocen como Maricuela, le está afectando lo que ocurre en el PSOE. El mes que viene cumple 98 años y se afilió con 17 a las Juventudes Socialistas Unificadas. Anteayer, protagonizaba una de las intervenciones más emotivas y aplaudidas de la asamblea que celebraron los socialistas de Gijón, en donde reside desde 2003 tras vivir en el exilio en Francia durante 57 años.
«Les dije que iba a hacer 98 años y que me dieran el regalo del no, no y no. Pero desde luego esta mala la cosa...», asegura, mientras habla de sus 80 años de militancia en el PSOE. «Me tocó el golpe de Estado con 18 años y marchamos todos los jóvenes a defender lo que había votado el pueblo. Marchamos todos al frente. Yo fui de voluntaria y, aunque no cogí las armas, sí estaba donde pegaban los tiros. No sabíamos lo que era el peligro ni el miedo...»
-¿Tiene miedo ahora?
-Pues sí, me da miedo lo que está pasando porque es mi lucha. El mes que viene hago 98 años y me veo en una situación en la que se está derrotando al PSOE, que es mi vida y cuyo razón de ser es la defensa del obrero.
Tiene claro que el PSOE no puede apoyar con una abstención al PP. «Si Rajoy tiene la mayoría que sea con los suyos, pero no con el PSOE, que fue fundado para defender al obrero», insiste. Por eso, su firma -confiesa que tuvieron que ayudarla por lo nerviosa que estaba- se encuentra entre las de los miles de militantes socialistas de todo el país que se oponen a que su partido se abstenga en la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno de España. «Yo no estoy en contra de un partido de derechas, sino de este Partido Popular, porque son los de las derechas de antes. Si fueran como los de Alemania o Francia podría plantearse, pero este partido es el que no soportaba que el obrero pudiera vivir y estudiar como ellos. Nos lo quitaron todo, pero yo ya no lucho por mí, que ya no me pueden quitar nada, sino por los que están sufriendo».
Reconoce que no entiende cómo ha podido plantearse un escenario en el que el PSOE se abstenga: «Me vuelve tarumba pensar que son socialistas, que hayan caído en la trampa y no se den cuenta de lo grave que es lo que están haciendo. El pueblo es la clase obrera y es la que lucha y a la que están castigando».
-¿Qué pasó con Pedro Sánchez?
-Les estorbaba para gobernar. Fue el único que defendía al PSOE y por eso lo quitaron miserablemente, no como un partido socialista sino como un partido de derechas sin pudor.
Maricuela quiere ser respetuosa y deja claro que no mezcla lo político con las personas, pero es contundente cuando asegura que «los que no sean socialistas deberían irse del partido. En la asamblea dije que mi madre, que era muy lista y muy luchadora, nos decía que el cinismo era lo que hacía daño al mundo. Y Rajoy es un cínico especial». En este punto, muestra un recorte de un periódico de marzo de 2007, cuando el PP organizó una manifestación contra la política antiterrorista de José Luis Rodríguez Zapatero. «Cómo ese hombre», en referencia a Rajoy, «pudo lanzar la mayor agitación de la calle contra Zapatero. Decía que ya no era libre, que si era cómplice de ETA... Son cínicos. El cínico convence a la gente. Dicen que hay que abstenerse por el pueblo, cuando es el pueblo el que está sufriendo. Muchos no tienen que comer y no cobran ni un céntimo».
«Hay personas que se han metido en el partido sin tener un ideal»
Maricuela otorga extrema importancia a los ideales del Partido Socialista que fundó Pablo Iglesias: «Hay personas que se han metido en el partido por un sueldo, sin tener un ideal. Es lo que están demostrando y lo que hizo daño al PSOE. No se acordaban de Santa Bárbara hasta que no tronaba». También piensa que, entre quienes defienden la abstención, hay personas que «se dejaron atrapar en la amenaza de unas terceras elecciones«. Es consciente de que existe una gran desafección política y que el desinterés se ha apoderado de Europa. «La mayoría no se preocupa de política. A mi con 18 años me metieron presa, me hicieron un consejo de guerra y me pidieron reclusión perpetua, que podía haber terminando en condena de muerte pero me lo dejaron en 15 años. En el penal (de Saturrarán) estuve cuatro años sin cama, sin silla en la que sentarme, con dos mantas y una cuchara de madera. Pero mi juventud no fue nada comparada con las mujeres que vi salir para que las fusilaran». Sus memorias, en las que cuenta las consecuencias de haber sido miliciana en el bando de los rojos, incluso han llegado a Japón y Turquía. El próximo 24 de octubre hablará de sus recuerdos en Madrid, en un homenaje del Club de las 25.
En Suresnes: «Los militantes que eran mas mayores que yo se dieron de baja»
«En España tiene que haber una derecha como en todo el mundo, pero en el PP demuestran que son herederos cuando no piden perdón ni condenan a Franco como ocurrió cuando todos en Bruselas lo hicieron menos ellos», recuerda, «estoy dejándome los huesos. No puedo creer que un partido socialista se una a la extrema derecha. Eso me mata». La ofensiva contra Pedro Sánchez se aceleró a raíz de unas declaraciones de Felipe González. Maricuela estaba en Francia cuando se celebró el Congreso de Suresnes. «Fue un golpe y los que eran más mayores que yo se dieron de baja. Lo prepararon aquí, en Asturias, y ya de aquélla no fue normal lo que hizo, pero yo no me doy de baja por nada del mundo».
Tiene claro, con esos 80 años de militancia, que un partido «no es nada sin sus militantes, las bases son las que les dan permiso. Les votamos para que dirijan el partido pero tienen que respetar lo que pide la base. Es la base la que manda». También asegura que estaba a favor de una alternativa de gobierno en la que el PSOE se uniera a Unidos Podemos e incluso no vio mal la unión con Ciudadanos, que representa para ella una «derecha moderada». Como otros muchos, no sabe qué ocurrirá en las próximas semanas, pero sí que anteayer, cuando se levantó de la silla para defender el no a Rajoy, «fue la primera vez que me ayudaban a caminar. Esto está siendo terrible para mí».

No hay comentarios:

Publicar un comentario