lunes, 16 de febrero de 2015

ODIO:


ODIO:
Ya he aprendido a odiar, y es una sensación tan extraña, que te lleva a la discordia entre poder y querer. Ya he visto hij@s que obsesionado@s por sus parejas, abandonan a sus padres como si tuvieran fecha de caducidad. Cuidan más a sus perritos, les dan mas mimos, y olvidan todo lo que nuestros mayores han hecho por nosotros. Les quieren imponer sus criterios, les obligan en sus comportamie...ntos y formas, y olvidan que esos mayores nos parieron, nos enseñaron a hablar, nos limpiaron, repetían constantemente las mismas palabras una y otra vez hasta que salían de nuestros labios. Lloraban por nosotros, entendían nuestras desdichas y blanqueaban nuestros miedos; nos cuidaron cada sueño, defendieron nuestra sinrazón, nos levantaban, nos curaban, nos alimentaban. Siempre hemos sido perfect@s para ellos, aunque nos rompiéramos un brazo, vomitáramos, sangráramos o nos infectáramos.
Cuando dependíamos de ellos, nos mimaron y jamás nos lo han recordado, después crecíamos y nos sentíamos independientes, entonces, empezábamos darles de lado.
Ahora, les hacemos falta y eludimos nuestras responsabilidades porque no tenemos tiempo: tenemos que sacar al perrito, que es nuestro agradecido sumiso,y nosotros a la vez, sumisos del gobierno, del trabajo, de nuestros entretenimientos
Y UNA MIERDA EMPAPELÁ!!!
Ahora, nos toca dar la cara, tratarlos como si fueran las mejores rosas de nuestro jardín, lo único verdadero que hemos tenido en nuestras favorecidas vidas, nuestros faros, nuestras brújulas, lo realmente importante.
Pero que odio entonces?
ODIO a los gobiernos que los desprotejen, a los que les gritan, a los que les roban el calor, a los que los olvidan, a los que los abandonan porque sus parejas se lo imponen, y a estos especialmente, les recuerdo: cambia de amig@, cambia de pareja so cobarde de mierda, o mejor, saca a tu perrito a pasear y comete sus mierdas; así, de paso, tendremos una ciudad más limpia.
O cortaté las venas en un Museo y dale al personal un espectáculo de contemporaneidad.