jueves, 26 de febrero de 2015

La enseñanza llena las calles contra el peor ministro de la (reciente) historia de España







Sobran estudiantes en la Universidad. Las matrículas están por los suelos y las becas suponen un gasto enorme que el Gobierno no puede soportar. Para cuidar a los jubilados que vienen de Alemania o servir cubatas a un turismo chabacano no hacen falta muchos estudios.

Esto es lo que ha soltado esta semana a través de una secretaria de Estado del Ministerio de Educación. Y a ello se están dedicando a marchas forzadas en el gobierno central y en las consejerías del PP en todo el país.

Nunca España había contado en la historia reciente con un ministro de Educación tan nefasto como el actual. Nadie ha hecho nunca tanto daño a la enseñanza como José Ignacio Wert. Sobre todo a la pública. Su gestión ha estado marcada por un profundo neoliberalismo chapoteando en la caspa de lo más retrógrado de la jerarquía eclesiástica.

Cada vez que el BOE publica un decreto, la enseñanza baja un peldaño hacia las cloacas. Wert, con la colaboración de los gobiernos autonómicos del PP, ha hecho retroceder la educación a los últimos tiempos del franquismo, al 'que inventen ellos, que nosotros ya rezaremos en clase', cuya reciente expresión es el currículo de Religión conocido esta semana.

La incompetencia de los equipos que conforma el entramado administrativo de Educación dominado por el PP es vergonzosa, y ha logrado indignar a colectivos y organizaciones de todo el espectro ideológico. No hay ningún docente sensato, ningún dirigente sindical, ningún estudiante medianamente informado que llegue a entender tanto desvarío.

Habría para escribir un completo drama esperpéntico con lo que está viviendo el profesorado en los últimos meses, tanto en lo relativo de la situación laboral de los interinos como el caos originado en la implantación de la LOMCE, un proceso improvisado sin normas claras, sin recursos. Al Ministerio lo único que le importa es la burocracia y los trámites administrativos, sin ninguna consideración hacia el alumnado.

La comunidad educativa, con sindicatos y Marea Verde a la cabeza, ha llevado a cabo masivas protestas que han llenado las calles a lo largo de la legislatura. Pero el PP ha logrado resistir lo suficiente como para que estas movilizaciones perdieran fuerza. Estos días, los estudiantes han vuelto a levantar la cara, y miles de ellos han gritado en las calles lo hartos que están de Wert y sus secuaces (las imágenes corresponden a la manifestación celebrada en Zaragoza).