La detenida no ha dado motivos de por qué realizó tan terrible acto. Paró el vehículo en el que se trasladaban ella y su pequeño, roció al niño de gasolina y, tras ello, lo quemó.
Los servicios de emergencia fueron alertados por vecinos. La policía, acompañada por la ambulancia, llegó lo más pronto posible a la escena y transportaron al niño al hospital. Sin embargo, el bebé fue declarado muerto dos horas más tarde.
Dave Jospeh, un vecino de 45 años, contó a The Mirror que la asesina aseguró que estaba quemando "caca de perro" con una actitud calmada y relajada. Fue la esposa del señor Joseph quien se dio cuenta de que, relamente, se trataba de un bebé. La madre intentó escapar, pero los vecinos la detuvieron.
"Fue simplemente horrible. Una pesadilla para cualquier persona. Esperemos que pague por ello", declaraba Dave.
Dorvilier fue detenida en la escena del crimen y deberá pagar una fianza de 435.000 euros, según indica Telecinco.