domingo, 14 de diciembre de 2014

El ‘caganer’ de Pablo Iglesias se agota en el mercadillo navideño de Barcelona


pablo caganer
Puede que no tenga validez demoscópica pero el agotamiento del muñeco ‘caganer’ de Pablo Iglesias en el tradicional mercadillo navideño de Barcelona tiene un enorme valor simbólico. Más aún cuando la empresa que fabrica los ‘caganers’ de famosos, Caganer.com, ni siquiera se ha molestado en crear una versión de Pedro Sánchez, el nuevo secretario general del PSOE: “Ahí se han quedado los Rubalcabas del año pasado sin vender”, me cuenta Marc, uno de los miembros de la empresa familiar del Baix Empordà que diseña y comercializa los muñecos.
“La irrupción de Pablo Iglesias nos pilló por sorpresa –reconoce Marc- y empezamos a fabricar su muñeco ante las peticiones de la gente: ¿pero es que no tienes al coletas? Hicimos una tirada de unos 100 muñecos y se han agotado todos. La semana que viene traemos más”. Mas, precisamente, es el superventas de esta Navidad, junto con otros protagonistas del independentismo, como la urna del 9-N y David Fernández, diputado del CUP.
caganeres
Lejos de ser un deshonor, tener un émulo con tu figura en tan indigna posición es todo un homenaje: “Si no estás aquí es que no pintas nada en el panorama actual”, explica Marc mientras me enseña una foto que le ha enviado por Whatsapp el independentista David Fernández, con su ‘caganer’ en la coronilla.
El ‘caganer’ es una figura tradicional del Belén en Cataluña, que solía representar a un agricultor con el gorro tradicional catalán. Desde el año 2002 Caganer.com empezó a fabricar figuras de famosos, primero tímidamente, con el honorable (entonces) Jordi Pujol, Pascual Margall y Artur Mas. Ante el éxito de crítica y público se vinieron arriba y ahora disponen de más de cientos de celebrities, incluyendo al Rey Preparado y su esposa Letizia, Freddy Mercury, Buenafuente, el Dalai Lama o Iron Man.
Definitivamente, el asesor de imagen de Pedro Sánchez debería implorar para que Caganer.com le fabricara a toda pastilla su ‘caganer’. O un Ken mismo. Cualquier muñeco que le rescate de la irrelevancia absoluta.
Gracias a Nacho Cabana, Jordi Sabaté y Dulos Pou por ponerme sobre esta pista. Con información de El Periódico y Europa Press.
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