La ilustradora Rocío Salazar ha decidido no volver a depilarse, pero la presión social es tremenda. Con esta colección de entrañables viñetas lanza su grito al mundo y nos hace replantear la importancia de nuestros pelitos
.
Da igual que las revistas de moda o las famosas salgan de vez en cuando
a defender “lo natural”, porque pronto nosotras mismas nos olvidaremos
de ello y correremos al salón de belleza más cercano para que nos
arranquen los cuatro pelos que nos han salido, y que podrían resultar
muy incómodos y vergonzosos si alguien nos los descubriera.Pero
, ¿y si no vuelvo a depilarme? Esa es la pregunta que se hizo la ilustradora Rocío Salazar
cuando decidió comenzar su serie de viñetas en las que reivindica no
sólo su pelo, sino también su derecho a decidir, su derecho a no pasarlo
mal cada
vez que un poco de cera como lava ardiendo roza y estropea su piel, o
su derecho a sentirse feliz con sus decisiones estéticas sin que un
hombre listillo, o peor, una mujer listilla venga a decirle…¡Que eso es antihigiénico!
¡Que el pelo es el acabóse!
¡Que cuánto asco!
¡Que así no debería salir a la calle una mujer moderna!
Rocío Salazar desgrana con muchísimo humor algunas de las escenas más típicas a las que muchos hemos de enfrentarnos cuando el calor aprieta y cuando las piernas tienen que salir al sol. Un mapa corporal con las zonas de dolor más extremas, un tierno cartel en el que la protagonista besa los pelitos de sus piernas, una serie de preguntas que son muy sencillas, y a la vez muy tiernas, y que nos ayudan a comprender la estupidez que nos define cuando de temas estéticos hablamos. O como
ella misma dice: “¡CÓMO VAN A SER MASCULINOS LOS PELOS DEL CHOCHO!”A peludos puede
que nos ganen muchos animales. A contradictorios... no nos vence nadie.


















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