miércoles, 26 de febrero de 2014

El último descendiente de Boabdil

 Leyendas urbanas y fábulas
Si dijéramos que íbamos a hablar Abû ʿAbd Al·lâh «az-Zughbî» Mohammed ben Abî al-Hasan ʿAlî, seguramente no sabrías a quién nos íbamos a referir, si añadiéramos que era  Muhámmad XII (Nota 1), seguramente seguirías sin saber de quién íbamos a hablar, sin embargo, si te decimos que los nombres corresponden a Boabdil, entonces la cosa cambia, ya que fue el último rey Nazarí que gobernó desde la Alhambra antes de la toma de Granada por los Reyes Católicos.
Portada de la revista "Estampa" en la que aparece una fotografía del supuesto descendiente Nazarí. Sería el segundo por la izquierda y amrcado con uan X encima, tal y como aparece en el original
Portada de la revista “Estampa” en la que aparece una fotografía del supuesto descendiente Nazarí. Sería el segundo por la izquierda y marcado con una X encima, tal y como aparece en el original
Si ahora te diéramos el nombre de Abū `Abd Allāh Muhammad az-Zaghall, de igual modo, te preguntarías quien pudo ser, si añadimos que los cristianos los apodaron “El Zagal”, quizás ya sea capaz de identificarlo como el tío de Boabdil, que también fue rey de Granada, con el nombre de Mohamed XIII.
La historia de estos dos señores es bastante truculenta, debido a los enfrentamientos por el trono que tuvieron, al que habría que añadir un tercero en discordia, Abū al-Hasan ‘Ali ben Saad, conocido como Muley Hacén, padre de Boabdil y hermano de El Zagal.
Pero este artículo no va a tratar de la vida de estos personajes, sino de uno de sus descendientes.
Es curioso todo lo que se puede encontrar buscando en la hemeroteca, y buscando fue como dí con un artículo publicado en el número 203 de la revista “Estampa” del 28 de noviembre de 1931, y del que vamos a transcribir algunos párrafos.
"El Suspiro del Moro". Desde este lugar cuenta la leyenda que Boabdil se volvió para ver por última vez Granada, y se echó a llorar. (Pie de página del original)
“El Suspiro del Moro”. Desde este lugar cuenta la leyenda que Boabdil se volvió para ver por última vez Granada, y se echó a llorar. (Pie de foto del original)
La historia comienza cuando Vicente Sánches-Ocaña, redactor de la mencionada publicación, se encontraba paseando por Tetuán acompañado de un amigo llamado Carlos Quirós, y este le comenta si estaría interesado en conocer a un descendiente de la familia Ben-al-Ahmar, que fue la última familia reinante en Granada.
(Los texto de color rosado son palabras o letras que no son legibles en el original y presuponemos por el contexto que son las que corresponden)
“- Se trata en efecto – me dijo don Carlos – de un descendiente de Boabdil o de su tío “El Zagal”. Todavía no le conozco ni se exactamente donde vive; pero voy a tratar de encontrarlo, y cuando le encuentre se lo avisaré”
El autor se vuelve para España y olvida la conversación, sin embargo su amigo se tomó en serio lo que había dicho y estuvo a la búsqueda del supuesto “nieto” de Boabdil.
“En Beni-lder lo conocían. Había nacido en un poblado de por allí, y había vivido en aquella tierra hasta hacía poco, pero había emigrado con su familia. Quizá estaría en Tetuán…”
Imagen del supuesto "nieto" de Boabdil o de "El Zagal" tal y como lo vió el autor del artículo en su tienda de Tetuan en 1931.
Imagen del supuesto “nieto” de Boabdil o de “El Zagal” tal y como lo vio el autor del artículo en su tienda de Tetuan en 1931.
Don Carlos volvió a Tetuán en donde siguió su búsqueda en un principio poco fructífera, hasta que alguien parecía conocerlo.
“Al fin, uno le indicó que él creía recordar a cierto Ben-al-Ahmar que trabajaba en un horno. Entonces, el buen don Carlos empezó a ir, de horno en horno, preguntando por el descendiente de los reyes de Granada.”
Al llegar al horno que llama de Cuáx vuelve a encontrar la pista pero del mismo modo la vuelve a perder, ya que le indican que hacía poco tiempo se había marchado de allí y nadie tenía noticias de él.
Sin embargo, cuando el autor del artículo vuelve a Tetuán, su amigo Carlos lo recibe con buenas noticias.
“-¡Yá he dado con Ben-alAhmar! — me anunció, triunfalmente—. Vive aquí mismo, en Tetuán. Es comerciante. Está establecido en la calle del Niyarin…”
Al día siguiente ambos amigos nerviosos se dirigen a conocer al último descendiente de tan gran familia.
Era un nazarita, un miembro de la dinastía que había reinado en Granada hasta el día 2 de enero de 1492. Esto resultaba indudable. Pero ¿de qué rama de la familia procedía? ¿Descendía de Mohamed – Abu – Abdalah, al que los castellanos llamamos Boabdil el Chico? O ¿descendía de Abdalah, el tío de Boabdil; de Abdalah “el Zagal”?
Horno en el que estuvo ttrabajando el protagonista de la historia
Horno en el que estuvo trabajando el protagonista de la historia
Boabdil y su tío continuaron enemistados aún después de la perdida de Granada y cada uno tomó rumbo separados.
cada uno se instaló en un lugar distinto de Marruecos: Boabdil, en Fez, y “el Zagal”, por los alrededores de la costa norte.  
Por la zona en la que vivía el descendiente nazarí podría hacer pensar que lo sería de “El Zagal”, pero esto no sería una prueba concluyente.
Descendiente del rey Boabdil o descendiente del rey Abdalah “el Zagal”, Ahmedben-el-Arbi-ben-el-Ahmar, el comerciante de la calle del Niyarin, no es majestuoso.
Tiene tipo, de campesino: recio, de cara ancha y saludable, torpe de movimientos…
Sentado a la puerta de su tienda, con las piernas muy abiertas y las manazas descansando en sus rodillas, estaba contemplando plácidamente el espectáculo de la
calle cuando llegamos nosotros.      
Granada desde "La silla del Moro" en 1931
Granada desde “La silla del Moro” en 1931
El tendero les recibe saludandoles en castellano, pero pronto descubren que es lo único que conoce de este idioma, por lo que don Carlos empieza a explicarle en árabe cual era el motivo de su visita, tras ello, Ahmed-ben-él-Arbi-ben-el-Ahmar, que así es como se llama este “nieto” de Boabdil o de “El Zagall” comienza a contar su historia.
LA HISTORIA DE AHMED
- Me llamo Ahmed-ben-eI-Arbi-ben-e!-Ahm.ar, y he nacido en el poblado de Mencal, de la cabila de Beni-Ider. Mi padre era labrador, así como mi abuelo y mi bisabuelo y toda mi familia. Yo también fui labrador, hasta hace pocos años, que, como la vida me resultaba difícil en el campo, me vine a Tetuán. Aquí estuve trabajando en los hornos bastante tiempo. El año pasado me tocaron cuatro mil duros (Ver nota 2) en la Lotería, en la Lotería española, y entonces dejé de trabajar para los demás y puse esta tienda…
Ahmed-ben-el-Arbi hace una pausa y, moviendo la cabeza, concluye:
- -Ya no hay más.
- ¿No tienes familia ? — pregunta el señor Quirós.
- Sí. Estoy casado, y tengo tres hijos: dos varones y una hembra…
Se detiene otra vez, y, moviendo la cabeza, como antes, repite:
—Ya no hay más…
LA MUERTE DEL HACH ABDERRAMAN
Página del artículo de "Estampa". como se puede comprobar las fotografías se han extraido del original.
Página del artículo de “Estampa”. como se puede comprobar las fotografías se han extraído del original.
— ¿Usted sabe—le pregunto por medio de don Carlos — que desciende de unos reyes; de los reyes de una tierra de España, que se llama Granada?
El vuelve a sonreír, cazurro y tímido:
— Eso dicen.
— ¿Pero usted conoce la historia de su familia? ¿Ha oído hablar de los personajes nazarítas, de Mohamed-ben-el-Ahmar, de Muley Hasen, de Boabdil?
— Eso lo sabía bien un tío nuestro… Tenía estudios y había viajado. Había hecho la peregrinación a la Meca. Se llamaba el Hach Abderramán. El Hach Abderramán hablaba de esas cosas; de España, de Granada, de cuando nuestra familia estaba por allí…
- Y ¿ya no vive el Hach Abderramán?
- No. Lo mató, en Ben Carrix, una bomba de aeroplano, en el tiempo de la guerra…
- ¿Una bomba de los españoles?
- Sí.
Hay un silencio.
Ahmed-ben-el-Arbi-ben-el-Ahmar está frente a nosotros, con la cabeza baja, mirando al suelo obstinadamente.
¿Qué piensa? ¿Piensa, como nosotros, en el azar trágico que cuatro siglos después de la guerra de Granada ha vuelto a poner a su familia en el camino de los españoles?
— Ahmed, ¿nunca ha estado usted en España?
— No.
— Y ¿le gustaría ir?
— ¡Pchs!…
— ¿No le gustaría ver Granada; ver la Alhambra, el Generalife, el Albaicín; recorrer la tierra de sus antepasados?
—¡Pchs!…
VICENTE SANCHEZ-OCAÑA.
(Fotos Fernandez Cuadrado y Torres Díaz)   
La verdad es que el artículo no da para mucho más, y tras leerlo se pierde todo la magia que crea su titular: “Un descendiente de Boabdil”, ya que no se aporta ninguna prueba para tal afirmación salvo el apellido Al-Ahmar, cosa que ya había constatado Blas Infante, que también señala a los descendientes en la zona de Tetuán.

Pero no toda la familia Al-Ahmar o Lahmar se exiliaron en el norte de África, algunos se quedaron por Murcia hasta que parte de ellos se marcharon tras el decreto de expulsión dictado por Felipe III. (1)
En España aún continúa este apellido habiendo censados 374 personas, de las cuales 46 son de nacionalidad española, y 328 extranjeros procedentes de Marruecos y de Argelia. Según datos del INI  (2)

NOTAS DEL ARTÍCULO

Nota 1.- Hay quién  considera que en realidad sería Muhámmad XI y no XII.
Nota 2.- Cuatro mil duros eran veinte mil pesetas lo que equivaldría a unos ciento veinte Euros actuales. Haciendo una equivalencia con lo que costaba un vehículo en aquellos años y lo que cuesta hoy, podrían equivaler a unos treinta mil Euros actuales.

ENLACES DEL ARTÍCULO

(1).- http://www.laverdad.es/murcia/v/20131110/murcia/descendientes-murcianos-boabdil-20131110.html
(2).- http://www.ine.es/apellidos/formGeneralresult.do?L=0&vista=4&orig=ine&cmb1=99&cmb6=lahmar&x=8&y=10