sábado, 8 de febrero de 2014

Diez razones por las que Justin Bieber merece ser deportado urgentemente

 meneame
Strambotic
deportado
Hasta hace cuatro días, como quien dice, Bieber era un jovenzuelo adorable, rubito y simpático, amigo de sus amigos. El encanto de novio que toda madre querría emparejar con su hija. Luego llego la adolescencia, que forma un cóctel explosivo en combinación con el éxito, y Justino se convirtió en un multimillonario excéntrico, prepotente, arrogante y peligroso. Un vándalo en potencia y en esencia, ejemplo extremo de las consecuencias negativas que traen consigo la fama y el dinero.
Drogas, violencia, desplantes… Las ‘beliebers’ lo han intentado todo para reconducir a su ídolo, que está completamente desatado, pero ni ellas han podido impedir que cerca de 250.000 personas hayan pedido al Gobierno de EEUU que deporte al inmigrante canadiense más polémico desde las prótesis de Pamela Anderson. La Casa Blanca ha prometido responder “relativamente pronto”, pero somos conscientes del calado de esta decisión y no vamos a dejar a Obama solo ante el peligro. Presidente, ahí van las principales razones por las que Justino merece ser deportado. Eso sí, a España no lo mande, haga usté el favor.


Un hijo desagradecido…
El bueno de Justino se lo debe todo a su madre, y no solo por haberle traído al mundo (en qué momento, Pattie…), sino también porque fue ella quien comenzó a subir a YouTube los vídeos de su monísimo hijo haciendo gorgoritos cuando solo tenía 12 años. Luego creció, la edad del pavo apareció en sus vidas y la fama complicó aún más las cosas.
Justino comenzó a hacer más caso a sus amigotes que a su progenitora y a ella le sentó como una patada en el mismísimo. No le hacían gracia los círculos que frecuentaba su chiquillo y, aún menos, que se diera a las drogas y la mala vida. Pero él no solo no escuchaba, si no que huía de ella como la peste. Así que Pattie Mallete, despechada, se dedicó a procesionar de plató en plató opinando sobre las andanzas del muchacho.
Ahora parece que las aguas se han calmado y acompaña a su hijo durante unas vacaciones en Panamá que deberían marcar un antes y un después en su vida: o entra en vereda o irá directamente a la cárcel sin pasar por la casilla de salida.
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… o el hijo que Gallardón siempre quiso tener
Con 16 añitos el bueno de Justino ya se dedicaba a opinar sobre temas de mayores. En una entrevista concedida a la revista Rolling Stone, nuestro simpático amigo se declaró antiabortista y, de una forma poco delicada, justificó las violaciones. “Todo pasa por alguna razón”, dijo. Sin embargo, muchos no nos explicamos aún por qué razón alguien de su calaña es una estrella mundial.
Además, Bieber aseguraba en esa misma entrevista tener “la obligación de plantar pequeñas semillas en sus fans”. No os asustéis, que no pensaba ir por ahí sacándose la chorra. Se refería a semillas religiosas. “Les diré al final de mi espectáculo ‘Dios os ama’”. Con un chimpún como ese, quién quiere bises… Pero no penséis que el chico es un extremista, ¿eh? Que él, muy moderno respeta la homosexualidad porque eso es “decisión de cada uno”. Una elección, vamos. Igual que ponerse…
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… sí, una máscaras de gas
Llámanos clásicos, pero la mayoría nos ponemos camisa, y quién sabe si corbata, para ir a cenar a un restaurante caro. Como mucho una de flores hawaiana, que no pasa de moda. Lo que jamás se nos ocurriría es combinar una camiseta con escote, una chupa de cuero y una máscara de gas modelo ‘Splinter Cell’. Tal vez para Justino es un complemento como otro cualquiera, o una forma muy sofisticada de ocultar la cara de resaca, pero nosotros lo vemos un pelín exagerado.
Una etapa más en el camino de Bieber hacia el lado oscuro. De hecho, el parecido con Darth Vader es francamente innegable. Solo le faltó decir aquello de “Luke, soy tu padre”. Visto lo visto, no es tan improbable que su semilla, esparcida por doquier, haya engendrado un bebé con ese nombre en algún lugar del planeta.

Un profesional serio y comprometido
Hay veces que uno piensa que Justino no se toma en serio su trabajo. De hecho, su historial de cancelaciones de conciertos es bastante amplio y las razones suelen bastante peregrinas. Si hubiera que destacar algunos de los feos gestos que el canadiense ha tenido con sus fans, escupitajos aparte, el retraso con el que empezó el concierto de Londres del pasado año se lleva la palma. El chaval llegó dos horas tarde y sin inmutarse.
Eso sí, es mucho más divertido ver por qué Justino acabó un concierto en Buenos Aires antes de tiempo. ¿Un botellazo, te enfadas y te vas? No seas así, muchacho. A Jesulín de Ubrique también le tiraban cosas – bragas y sostenes mayoritariamente – y no parecía tan molesto…
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Promueve la estupidez humana
Una cosa es gritar y llorar porque tienes delante a tu ídolo y otra cosa muy distinta es autolesionarte para que el niñato en cuestión deje de fumar. Es lo que hicieron algunas fans de Justino después de que se publicaran unas fotos del niño estrella fumando… ¿Tabaco? Para llamar su atención y que dejara un vicio tan feo como ese, algunas chicas comenzaron a subir a Twitter fotos de sus brazos con cortes con la etiqueta #cutforbieber.
¿Qué hizo Justino? ¿Dejar de fumar? ¿Pedirle a las fans con la cabeza peor amueblada que se calmasen? No. No hizo nada. Sin embargo, Miley Cyrus sí intentó frenar tanta locura vía Twitter. Si las imágenes te resultan duras, no digas que no te lo advertimos. Ver hasta dónde llega la estupidez humana es doloroso.

Bieber y la geografía, la extraña pareja
Lamentable. Es el único adjetivo capaz de describir la relación que Justino mantiene con los mapas. Para empezar, el chico no fue capaz de enumerar en una entrevista los cinco continentes. Mencionó el Polo Norte, olvidó Europa… Un desastre. En otra aparición estelar (empezamos a pensar que es mejor que el muchacho esté en silencio), se destapó una vez más como ignorante. Justino no conoce el significado de “alemán”. Él es así: cantarín y un poco analfabeto.
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Dulce y romántico con las mujeres
A Justino le gustán las jovencitas. Más concretamente las jovencitas ‘beliebers’. Como la chica que le pidió una foto y él, en lugar de susurrarle algo bonito, manoseó uno de sus pechos sin ningún reparo. Aunque también le gustan más mayores, como la bailarina de ‘striptease’ que ha protagonizado la última travesura del bueno de Justino o las chavalas de vida alegre del prostíbulo que visitó en Brasil. A ver si lo que le gusta van a ser las tetas…
Bonus track: grabó su último videoclip en la Gran Muralla, acompañado de sus guardaespaldas, y no se le ocurrió otra cosa que arrimar la cebolleta a una china que pasaba por allí. No sabemos si los habitantes de los barrios cercanos al monumento han de atravesarlo para comprar el pan, pero el caso es que esta chica no estaba allí por Justin.

Que deporten también a sus guardaspaldas
Normal que a su madre no le gusten los colegas de Justino. Menuda panda… Para que te hagas una idea, son el tipo de persona que no te gustaría encontrarte de noche en un lugar oscuro. Ni de día si eres un ‘paparazzi’. Si no que se lo digan al fotógrafo que se quedó sin tarjeta de memoria (y a poco más sin dientes) por intentar sacar una foto al cantante en presencia de sus guardaspaldas. O, mucho más trágico, al pobre hombre que perdió la vida atropellado por un coche de lujo mientras hacía su trabajo.
Las redacciones deberían plantearse enviar a su más rudo corresponsal de guerra en pos de Bieber, porque sus secuaces no tienen piedad ni con los policías. Sus perros de presa atacan sin piedad a todo el que se acerca. Y de paso meten al chaval en las drogas, le enseñan a mear en cubos y le llevan a cuestas como a los antiguos faraones egipcios cuando se cansa de utilizar sus propias piernas.
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Sin respeto por sus mayores
El aragán de Justino incendió las redes sociales al compararse con Kurt Cobain., pero después no tuvo arrestos para procurarse un final a la altura. El chaval aún tiene abuela – de hecho es una santa que sigue defendiendo a su nieto tras tanta tropelía -, pero ha demostrado en incontables ocasiones que su autoestima no precisa de ningún refuerzo. No tuvo sufienciente con equipararse al líder de Nirvana; también ha tomado en vano el nombre de los Beatles , ha osado versionar a Metallica (reinterpretando los ‘riffs’ de guitarra con su boca) y se ha permitido el lujo de enfrentarse públicamente a Lady Gaga.
fotopolicial
¡Cuidado con el jabón!
Comisarías y calabozos no son parajes desconocidos para Justino, que se ha metido en líos con la Justicia por las razones más diversas. Un día hundes el pie en el acelerador para escapar de un ‘paparazzi’, otro día coges tu coche hasta las orejas de alcohol y drogas para participar en una carrera ilegal por las calles de Miami  y otro la tomas con la casa de tu vecino y la emprendes a huevazos contra sus ventanales.
Cualquier diría que el bueno de Justino está haciendo méritos para que lo larguen de los Estados Unidos…
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