Esta etapa en la vida de una mujer es una de las mejores porque ya pasaste la fase de la inmadurez y ahora sabes lo que quieres en la vida.
. Tener 30 años no tiene por qué asustarte, es más es una de las etapas más divertidas porque ya sabes quién eres, lo que quieres y te conoces a la perfección.
En este momento de tu vida
ya eres una mujer madura y con los objetivos bien claros, ya pasaste
esa fase de inmadurez de adolescente y tienes claro lo que quieres en tu
vida.
¿Practicante, qué es eso? En
esta etapa de tu vida ya no eres una simple asistente, una practicante o
la trabajadora a la que le asignan las tareas más tediosas pero
inútiles. No, ya eres una de las empleadas más respetadas de la empresa,
llegaste a tu puesto con esfuerzo y la gente lo sabe y reconoce tu
trabajo. Eres una de las personas más importantes en tu oficina y tus
compañeros te respetan.
Sabes cocinar. Claro, aún no
eres una experta pero ya sabes preparar al menos un plato complicado
muy bien. Te costó mucho trabajo, quemaste muchas veces la comida y
seguro casi incendias tu casa un par de veces, pero ahora ya puedes
hacer una cena decente.
Estilo Personal. Ya no
tienes la necesidad de experimentar con todas las tendencias que salen
de moda cada temporada. Ya te olvidaste de ir por el mundo probando las
diversas colecciones que sacan y parecer un payaso desfilando en la
calle. Ahora ya tienes un estilo propio, ya sabes lo que te queda bien y
lo que nunca te pondrías (de nuevo).
Relaciones saludables.
Seguro cuando eras más joven tuviste relaciones horribles, algunas que
prefieres no recordar, te hicieron daño y tú también heriste mucho. Tal
vez fueron relaciones tóxicas que no te hacían ningún bien. Pero ahora
es diferente, ahora ya sabes lo que esperas de tu pareja y tienes claro
también que es lo que tu debes dar por el hombre que es tu compañero. En
este momento de tu vida el noviazgo lo disfrutas mucho más porque sabes
lo que es el verdadero amor.
Amigas. Encontraste un grupo
de amigas totalmente geniales, iguales a ti en todo sentido y que se
comprenden hasta en los momentos más complicados, están ahí siempre
juntas pasando por los momentos más difíciles y divertidos. Sabes que
son para siempre porque son almas gemelas.
Ser sexy. Ahora tienes claro
que ser sexy no es andar desnuda por el mundo. En este momento de tu
vida tienes claro que para ser “sexy” lo único que debes tener es
confianza en ti misma, personalidad y estar completamente cómoda con tu
cuerpo.
Tus padres. Verlos y
compartir con ellos es casi como estar con un buen amigo porque ya
pasaste la etapa de las peleas, esos momentos en los que era una
“rebelde sin causa” y lo único que hacían era discutir por tu futuro.
Ahora pueden entablar conversaciones más serias, reír con los recuerdos y
crear nuevas memorias para el futuro.
Tener 30 es genial porque ya pasaste por esas
etapas de cambio donde probaste de todo para encontrar la esencia de tu
yo verdadero. Pasaste por miles de problemas en todo aspecto y lograste
sobrevivir.