La chica se divirtió a lo grande (como debe ser en una despedida), y besó a un invitado. Las imágenes se divulgaron por sus propios amigos.
Este es el escándalo del día, y por razones que ni siquiera deberían mencionarse.
Resulta que la chica, originaria de Hermosillo, se divirtió a lo grande (como debe ser en una despedida), y besó a un invitado. Sin embargo, algunos de los presentes divulgaron un clip con todos los detalles de lo que había ocurrido esa tarde.
Mal plan por ellos, porque ahora resulta que somos de la propiedad del otro y que no existen razones para perdonar unos besos. Las infidelidades las cometemos personas comunes y corrientes. No todos los infieles son malas personas, o están enfermos o errados o son inmorales. No todas las infidelidades se realizan por falta de amor.
Hablar de infidelidad es hablar de complejidad: no podemos reducir un evento con tantos matices a un asunto donde alguien es “el villano”, y el otro “la víctima”.
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