miércoles, 6 de enero de 2016

A ti, chica maniquí.


    ¿Cuantos likes ganaste en la foto que subiste hoy? O mejor expresado, ¿cuantos likes ganaron tus tetas? Cientos de ellos ¿no? ¡Chapó! Algui...en debería concederte el premio a la ordinariez y al poco sentido común, te lo mereces.
    Me encanta ese trozo de tela con culo que llevas puesto, chica, te queda genial, fíjate si hasta @shumorenikoh19 te comentó y te dijo 'pufff morena, estás pa darte duro', a lo que tu contestaste con un desinteresado 'gracias (emoticono labios)' mientras tu autoestima se disparaba por momentos.
    ¡Ah! Y como olvidar tu creciente dignidad, porque claro, puedes subir una foto en tanga que la gente solo prestará atención a la frase tan contundente y conmovedora que has puesto y así disimularás el escote que te llega hasta el ombligo. ¡Bravo mujer! Me dejas perpleja con tu capacidad intelectual, si, la misma por la que te siguen 4567 personas en Instagram, que lo de que en cada foto que subes se te vea medio pezón y las camisetas parezcan haber encogido en la secadora, ¿eso? Es solo humildad, para desviar un poquillo la atención y que no se note que derrochas amor y respeto por ti misma como mujer.
    Ay querida, como te envidio, pero no envidia de la mala, no, envidia de la buena por haber llegado a ser un modelo de mujer (al fin y al cabo eso es difícil), un modelo de mujer al cual no debemos seguir las que si queremos que nos respeten, las mismas que amamos nuestro privilegio de ser mujeres y no vendemos nuestro cuerpo por 'miles de likes', las que cuando nos acostamos con alguien, previamente, hemos dejado algo a la imaginación porque no conocen nuestro cuerpo a través de fotos publicadas en internet, en definitiva, las mujeres de verdad, las que no necesitamos exponer nuestro cuerpo en redes sociales para mostrar lo maravillosas que somos o que podemos llegar a ser.
    Esto es un mensaje para ti, chica maniquí;
    Muestra al mundo tu sonrisa, no tu cuerpo.
    Enseña quien eres a través de tus palabras, no de tu escote.
    Insinúa tu inteligencia, no tus nalgas.
    Valorate a ti misma, y los demás te valorarán.
    Por último, y no menos importante; si de verdad te quieres hacer respetar como 

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