jueves, 29 de enero de 2015

OTRA PESADILLA


OTRA PESADILLA

Anoche, tras un duro domingo de trabajo, me acosté alarmado y contrito. Syriza había ganado las elecciones. Pobres griegos, rendirse al populismo. ¿Dónde comprarán ahora el papel higiénico? ¿Cómo le echarán aceite a las tostadas? Sin contar con que ya también son ETA. En fin, que no hubieran jugado a la ruleta rusa. Pero antes de acostarme vi el último vídeo del PP, ese donde aparece Mariano por sorpresa, como la vieja de la curva, dando las gracias a los españoles. Y creo que por ahí vino la pesadilla.

Como a las dos de la mañana me vi en mi estudio, subtitulando como loco para pagar impuestos por haber vivido por encima de mis posibilidades. Y de pronto la figura de Mariano se recortó en la puerta. “Hola, Pepito”, me dijo en tono afectuoso, grave, paternal, “vengo a darte las gracias. Gracias de verdad”. El perrillo perdiguero que tengo le roía los tobillos con rabia pero él como si tal cosa. Los fantasmas tienen eso. “Muchísimas gracias por todo lo que has hecho”, insistió Mariano, “gracias, muchísimas gracias”. Yo daba vueltas en la cama, ora boca arriba, ora boca abajo, ora de lado… me aferraba a la almohada, aterrado, y sudaba y oía al perro gruñir. Y en el duermevela, a lo lejos, la voz de mi mujer: “¡La madre que parió a los periódicos, qué noche!”.

Pero se impuso la voz de Mariano: “Gracias a ti y a millones de personas como tú estamos dejando atrás la crisis”. Entonces me quité los auriculares, me levanté del sillón y le eché cojones: “¿Recochineo encima, pedazo de…? ¡Cago en to lo que se menea! ¿Cómo has entrao tú en mi casa? ¡Fuera!”. Pero venía acompañado: Hernando, Floriano, Esperancita, Marhuenda… Al pichafloja de Hernando, el Culebra, no le gustó mi tono. Escupió al suelo y me espetó: “¡Populista, bolivariano! ¡Caca, caca, caca!” Y yo vengan vueltas en la cama. Y Floriano: “¡Telepredicador! ¡Castrista! ¡Neocomunista!”. Y Marhuenda: “Desgrecia, desgrecia, desgrecia…” Y más vueltas. Y otra vez Mariano: “Compartimos un mismo sueño, juntos lo vamos a conseguir”.

Y yo: “¿Que compartimos un mismo sueño? ¿Pero tú eres gilipollas? Si yo sueño con veros parados, y jugando al tute en Soto del Real, y tirando con 400 euros mensuales, cenutrio, si quiero veros entre civiles, en el banquillo, durmiendo en cajeros, rebuscando en contenedores, estafados con preferentes, en Cáritas, criminales, ¡como a vuestras víctimas quiero veros!”. Y más vueltas, ya indignado: “Sinvergüenzas, canallas, culebras, fascistas, Pantuflos, tic, tac, tic, tac…” Y más vueltas: “Traidores, chorizos, criminales”. Y entonces grité: “¡Viva Bárcenas! ¡Tira de la manta, campeón!”.

Y ya mi mujer dio un brinco: “¡Esto es increíble! ¡Valiente noche!”. Cogió el cobertor y se fue al sofá. Hoy me siento culpable y abandonado como un perrillo populista. Y todo por ese cochino vídeo. Malditos genoveses, son dañinos como las hormigas. En comentarios pongo el enlace a ver si a ustedes les pasa lo mismo. Ya me dirán.