jueves, 22 de enero de 2015

La Torre de Fernán Núñez de Témez: Descripción

El Patrimonio Histórico de Fernán Núñez

 Cultura, tradición, historia y arqueología de nuestra Villa

El lado que aún se conserva con la sillería original, sin pintar de rojo, mide siete metros y es el que da a la placita que forma las caballerizas. El lotro lado, da a la Plaza de Armas. En el no se observan los sillares por encontrarse pintado de rojo y blanco, con ventanas. A diferencia de la otra cara mide ocho metros.


Destaca la inscripción colocada justo antes de la parte desmochada y que sería posiblemente colocada con las obras de la construcción del Palacio, tras el terremoto de Lisboa: Torre y Armas de D. Fernán Núñez de Témez primer solar de la gran casa de Córdoba en este Reino y de la de los Ríos después e inmediatamente por legitimas sucesiones.


Todos los restos de la fortaleza de Fernán Núñez de Témez fueron transformados o adaptados al nuevo palacio neoclásico. Las obras incluyero demoliciones de murallas y torres del recinto fortificado o su adaptación como muros y cimientos de la nueva edificación. De todas las torres solo se conservó por su valor, en la fundación de Fernán Núñez, la torre primitiva que podía ser la torre del homenaje del recinto y donde doña Leonor y Fernán Núñez fijaron su residencia en un primer lugar.

En 1657, el almirante inglés Robert Blake, intentó el desembarco y saqueo de los barcos y población gaditana, como había realizado poco antes en Málaga. Quedó en el intento gracias al decidido empeño del gobernador de Sanlúcar de Barrameda y principal jefe de galeras de la costa andaluza, don Diego Gutiérrez de los Ríos y Guzmán, II conde de Fernán-Núñez, que no sólo impidió el desembarco sino que los siguió y dio alcance cuando ya habían abordado a una flotilla de galeones procedentes de América. Tras la contienda no sólo se salvó el cargamento de los galeones sino que se infringió una importante derrota y apresamiento del enemigo, e incluso Blake falleció antes de llegar a Inglaterra. 

Retrato de don Diego Gutiérrez de los Ríos y Guzmán
Un cañón y ocho bombardas fueron el trofeo que de aquel singular acontecimiento quedaron como recuerdo en una de las dependencias del castillo de Fernán-Núñez durante 125 años y luego empotrados sobre la torre desmochada y bajo el segundo cuerpo, sobresaliendo airosos tras la edificación del palacio por don Carlos José, biznieto del bravo vencedor de Blake. 
Retrato de Sir Robert Blake
Estos cañones apuntan al Reino de Granada (al sureste) probablemente también como símbolo del papel defensivo que jugaron los primeros Fernández de Cordoba y los Gutiérrez de los Ríos en la defensa del Reino de Castilla ante los reinos musulmanes y la conquista definitiva en 1492 del último reino.


La torre lleva en el olvido por parte de los habitantes de Fernán Núñez, no por gusto, si no como expliqué en la anterior entrada, por circunstancias de su existencia y ocultismo actual. Esta torre es  una pieza clave en el inicio de la historia de nuestro pueblo y hasta merecería una identificación diferente a la del Palacio Ducal ya que guarda una serie de peculiaridades que la hicieron salirse de los canones neoclásicos, pero que por construcciones posteriores como las que se hicieron en Caballerizas y la privatización de esa parte suroriental del Palacio se ha ido escondiendo a la vida pública de Fernán Núñez. Sirvan estas entradas para recuperarla y cada vez que visitemos la Plaza de Armas, crucemos la verja de Caballerizas para contemplar un par de minutos más de 800 años de historia como mínimo.

La Torre de Fernán Núñez de Témez: Ubicación

La Torre de Fernán Núñez de Témez se ubica en el centro histórico del pueblo de Fernán Núñez. Hoy día, forma parte del Palacio Ducal de esta villa siendo una de sus dos torres, la del lado este. Actualmente cualquier persona que visite esta torre, encontrará distintas dificultades:

Ubicación mediante la aplicación SigPac
La primera, es que poca gente en el pueblo conoce que esta torre es tal. Se puede decir que el palacio eclipsa este "resto arqueológico" que engloba. Siendo el único vestigio del medievo que queda, junto a la torre de la Iglesia de Santa Marina, dentro del casco urbano.


Lo segundo es que su integración en el palacio y la construcción del Cuartel de la Guardia Civil en las Caballerizas, han ido tapando sus vistas desde el Llano de las Fuentes, que era el lugar de desde donde mejor se podía contemplar. Por tanto, lo que más afecto al olvido de esta torre fue la modificación del XVIII que dió lugar al actual palacio. Para poder contemplarla es necesario pasar las verjas de las Caballerizas, llegando a otra pequeña plazoleta.

Tercero, la entrada al centro del pueblo se hace por la parte alta desde el Paseo de Santa Marina (actual centro de Fernán Núñez) Esto propicia un descenso hasta la Plaza de Armas y la torre. Da la sensación de no vamos a ningún sitio alto cosa que es cierta, pero para poder valorarlo necesitaríamos conocer la altura que tuvo dicha torre, hoy desmochada, y desde su terraza podríamos contemplar unas vistas espectaculares de todo nuestro término municipal y otros vecinos como el de Córdoba o La Rambla.

Posteriormente se desarrollaría en su lado occidental la fortaleza por un motivo muy razonable. Su lado oriental presentaba un fuerte desnivel en aquellos siglos garantizando un adarve natural o muralla para su defensa. Con la sedimentación proveniente de las tres grandes ramblas de nuestro pueblo (calle del Arenal, del Encinar y de La Feria) se ha ido tapando con el paso de los siglos este paraje y finalmente, se eliminó con la creación del Parque del Llano de las Fuentes y el Recinto Ferial en el siglo pasado.

Vista del Llano de las Fuentes antes de las obras en las Caballerizas  Extraído de Fernán Núñez en imágenes

 La imagen de la torre en esa época, desde el Encinar debía de ser bastante impresionante.


Vista de la Torre desde El Encinar (tapada por un edificio construido posteriormente, hoy propiedad privada)

El motivo de no buscar un lugar más alto tendría una explicación lógica y sencilla: más que buenas vigilancias (de eso ya se encargaba la Torre de la Atalaya y otras cercanas) lo que interesaba era disponer de agua próxima y víveres. Por este motivo no se construiría una fortaleza en la Torre de la Atalaya que dispone de mejor campo visual, pero unas condiciones peores para combatir el asedio y poder realizar una defensa correcta.

Vista de la Torre desde la loma de El Higueral