Sí, soy la chica de Neutex y vengo del futuro. Da igual de qué año procedo exactamente y si llevo prendas que os parecerán de ciencia ficción. Lo único que importa es que tengo la oportunidad de volver al año 2014 para contaros algo, y de entre todas las cosas que podría desvelar (y los productos de limpieza que podría traer) he preferido enumerar las meteduras de pata que pondran fin al reinado de Mariano I en las próximas elecciones generales.
¿Que quién gobernará? Eso mejor me lo reservo, que sería un feo ‘spoiler’…
Rescatar bancos y no personas
A la hora de encontrarse con las urnas, muchos no perdonaron que los populares destinaran 100.000 millones de euros a lo largo de su legislatura para salvar a los bancos mientras los ciudadanos veían como la cifra de desahucios nunca se acercaba al cero. No se me permite dar cifras concretas de cosas que aún no han pasado, así que me toca explicarlo con cifras de 2014: mientras Bankia y compañía disfrutaban del rescate con dinero público, la cifra de ciudadanos que se veían en la calle aumentaba respecto al año anterior.
Corrupción a cholón
El confeti de Ana Mato, la operación Púnica, las tarjetas ‘black’ de Caja Madrid… Los votantes vieron durante la legislatura del Partido Popular que la Gürtel y Bárcenas no eran una excepción. Casi todos los demás partidos llegaban a las elecciones con algo que ocultar, pero los votantes no perdonaron al Gobierno que no hiciera mucho por frenar la sangría de corrupción que había secado las arcas públicas.
Por infravalorar al enemigo
Aunque no vaya a desvelar quién se alzó con el poder tras la derrota popular, sí puedo decir que uno de los motivos del cambio fue el desprecio con el que los representantes del Partido Popular trataron a uno de sus rivales políticos más fuertes. No solo menospreciaron a Pablo Iglesias y a Podemos, sino que además, los encorbatados chicos de la derecha española pretendieron bajar al barro sin saber muy bien cómo (sin mancharse los mocasines, claro): ¿a cuento de qué vino aquello de usar la palabra “caca”, señor Hernando? España, el país donde mejor se insulta del mundo, no podía tolerar que el portavoz del partido del Gobierno tirara del vocabulario de una guardería para atacar al contrincante (y votó en consecuencia).
Por asesinar a un perro
Excalibur no era un perro más, y su muerte tampoco fue una cualquiera. El sacrificio del perro de Teresa Romero, la única persona infectada en España por el ébola, era el culmen de la gestión desastrosa de una crisis sin precedentes: no solo se trataba del asesinato injustificado de un animal, sino que representaba el final de una cadena de errores que acabó con la dimisión de Mato, la destitución del Consejero de Sanidad de Madrid y la derrota electoral en 2015.
Jugar al despiste antes de las elecciones
Para hacer de trilero hay que saber y, como era de esperar, Rajoy y compañía trataron de despistar a la ciudadanía con una jugada tan clásica como cutre: bajar los impuestos antes de las elecciones para rescatar algún voto perdido. Prometer más bajadas también fue una mala idea porque la gente no es tonta y muchos sospecharon que en una segunda legislatura hubiera llegado una subida (de nuevo).
Plegarse ante Merkel
Aquella escapada de enamorados a Santiago de Compostela confirmó que nada iba a cambiar: Alemania siempre se impondría ante el Gobierno de Mariano Rajoy. Muchos votantes, que no pensaron en los intereses germanos a la hora de acercarse a las urnas, decidieron que era mejor que Merkel dejara de tomar decisiones que nos afectaran directamente. ¿Algún candidato se atreverá a decirle “no” a la dueña de Europa? Eso lo sabréis muy pronto, amigos del pasado.
Permitir que agujereen la naturaleza
Aquellos “hilillos de plastilina” no fueron el único tropiezo de Rajoy con el medio ambiente, no. Por si el drama del Prestige fuera poco o hubiera quedado olvidado, el Gobierno popular permitió que Canarias fuera agujereada en busca de petróleo y que el proyecto Castor hiciera temblar la tierra. La naturaleza no votó en 2015, pero algunos votantes sí que se acordaron de ella.
Mentir
El Partido Popular acumuló a lo largo de sus cuatro años de gobierno una cantidad de mentiras tal que, como en el cuento de Pedro y el lobo, los ciudadanos dejaron de creer las promesas populares en lo que respecta al IVA, precios de la luz, reducción del paro y asuntos similares. La mentira tiene las patas muy cortas y los sobres de las elecciones generales de 2015, amigos del pasado, no contendrán en su mayoría votos al PP.
Decir que la crisis ha terminado…
Después de todas las subidas de impuestos, después de todos los casos de corrupción y después de dejar las cifras del paro en una situación dramática (incumpliendo así otra promesa), el bueno de Mariano Rajoy tuvo a bien decir un día que “la crisis es historia del pasado”. ¡Qué bonito se debe ver todo desde Moncloa! Hasta que llega la fiesta de la democracia, claro.
…y luego negarlo
La coherencia nunca fue el fuerte del que, mientras hablo, ya es expresidente Rajoy. Tras las declaraciones que acabamos de citar, Mariano cambió el rumbo y matizó para admitir que “la recuperación no ha llegado a todos”. Todo un presidente del Gobierno demostrando su liderazgo dando marcha atrás para evitar que se le eche encima la opinión pública. Muy bien. Lo mejor de todo es que no aclaró exactamente quiénes eran los afortunados a los que sí les había llegado la recuperación, aunque era fácil adivinar la respuesta.
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Con información de El Confidencial, Cadena Ser, El País, Publico, Voz Populi y Europa Press
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