domingo, 6 de julio de 2014

Exposición presenta a personas casi iguales, pero sin parentesco sanguíneo

Existe un vocablo alemán que define al doble de una persona; Doppelgänger es el gemelo malvado que todos tenemos y ha pasado su vida en la búsqueda de nosotros mismos para hacernos algún mal. Nuestro Doppelgänger es idéntico a nosotros, pero con un lado malvado y oscuro.

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El hecho de que dos personas totalmente desconocidas y, en algunas ocasiones, nacidas en diferentes países compartan la apariencia física, no se había desarrollado fuera de la literatura de ciencia ficción. Pero ahora, esta idea es la esencia que el fotógrafo canadiense François Brunelle retomó en su serie: Je ne suis pas un sosie (No me parezco); que consta de 200 fotografías de parejas de personas comunes y corrientes que son físicamente “iguales” pero que no tienen algún lazo familiar y, obvio, no se conocían.

Para esta serie François Brunelle partió de la idea del doble malvado que todos tenemos y se dio a la tarea de buscar a personas físicamente iguales alrededor del mundo. Pero para el fotógrafo no todo son gemelos malvados, para su serie también tomó como inspiración la comedia Anfitrión, del escritor latino Plauto. La comedia narra las confusiones producidas por el encaprichamiento del Dios Júpiter hacia la joven Alcmena, esposa del general Anfitrión; cuando el marido vuelve de la guerra descubre que un clon de sí mismo ha estado allí, manteniendo relaciones con su mujer. Este clon resulta la mimetización de Júpiter en Anfitrión.