

Imagen: Los cambistas (Wikicommons).
Cuenta Roberto Saviano en su vibrante libro-reportaje ‘Cero, cero, cero’ que la Mafia calabresa concede créditos por un interés semanal del 10%. Así, si hoy viernes le pides al prestamista de la ‘Ndrangheta 100 euros el viernes que viene tendrás que devolver 110. Pero si las cosas se ponen feas y no puedes devolver la panoja hasta dentro de un año actuará la fatídica magia del interés compuesto y tu deuda

Pero, que se sepa, ni la ‘Ndrangheta, ni la mafia rusa, ni los usureros judíos de los cuentos se habían atrevido nunca a aplicar un TAE del 3.000%, como hacen alegremente los servicios de “préstamo


Pero, veamos, ¿por qué alguien en su sano juicio iba a pedir un crédito


La banca o la vida
En el sector financiero es bien conocida la regla de riesgo vs tipo de interés. Los bancos pueden aplicar un tipo de interés razonablemente bajo (10% con el tipo oficial del dinero a menos del 0,5%: un margen gigantesco) porque sólo conceden créditos a particulares solventes. Cuanto más incierto es el cliente, menos posibilidades tiene de recibir el dinero, de modo que no le quedará otra que recurrir, por este orden, a familiares, Cofidis

En comparación, Cofidis –que engatusa con sus anuncios a las abuelas que ven la tele en horario matinal- son unas hermanitas de la caridad, pues aplican un 24% TAE, lo que viene a ser un precio de amigo: “Venga, te presto 1.000 euros y me devuelves 1.240 el año que viene”. Una ganga, si tenemos en cuenta la alternativa. Parece mentira pero sólo ha pasado una década desde que El País se escandalizaba con las condiciones de los créditos Cofidis, lo más cercano a la usura en aquel momento: “Lo barato sale caro”.
¿Quién ha dicho usura? Llamo al servicio de inspección del Banco de España, donde una señorita muy amable me indica que ni la entidad ni ninguna administración puede definir qué es usura: “Eso sólo lo puede determinar un juez”, me explica. Sin embargo, la venerable ley de Usura (Ley Azcárate) de 1908 deja meridanamente claro qué es eso de la usura: “Aquellos préstamos en los que se estipule un interés notablemente superior al normal del dinero”.
Veamos: 2.950/0,48=6.145. Si multiplicar por 61 el precio de un artículo no es usura, que venga Juan Alberto Belloch y lo vea. El esposo de Mari Cruz Soriano (y los que tocan su piano) despenalizó la usura en 1995, cuando era Ministro de Justicia. Desde 1908 hasta entonces, practicar la usura era un delito. Desde entonces, sólo una falta o, como en el caso de Wonga & co, un inocente abuso de la impericia matemática del personal.