La magistrada era miembro de la Corte Suprema. Aprovechaba el juzgado a la mañana temprano también para hacer gimnasia.
La magistrada, que llegaba a las 8 a los tribunales, quedó en evidencia cuando fue vista por un miembro del personal de mantenimiento del edificio.
A su favor, la mujer dijo que tenía derecho a ejercitarse antes de empezar un arduo día laboral, pero que no esperaba que alguien pudiera ver su rutina desde la calle por la ventana de su oficina.