viernes, 6 de diciembre de 2013

constitucion española la historia


Constitución DE 1978

ESPAINAKO KOSTITUZIOA / CONSTITUCIÓ ESPANYOLA
CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA

La Constitución de 1978, fruto del consenso político que hizo posible la Transición a la democracia en España tras la muerte de Franco, puede definirse con propiedad como la primera Constitución consensuada de nuestra historia. Recogió, junto a la indisoluble unidad de la Nación española, el principio de autonomía de las nacionalidades y regiones, restableció un legislativo bicameral y consagró la monarquía parlamentaria como régimen político del Estado español, definido como social y democrático de derecho. El texto supuso la ruptura con el régimen dictatorial, implantando en España un sistema democrático, social y altamente descentralizado.
1978
La Constitución tuvo siete padres, pero ninguna madre. Los llamados "padres de la Constitución" fueron Miguel Herrero, José Pedro Pérez-Llorca y Gabriel Cisneros (UCD); Manuel Fraga (AP); Miquel Roca (CDC); Gregorio Peces-Barba (PSOE) y Jordi Solé Tura (PCE-PSUC).
Tras la muerte el 20 de noviembre de 1975 del General Franco, Juan Carlos I accede a la Jefatura del Estado a título de Rey. La restauración de la monarquía auguraba, un nuevo ciclo político, demandado por una sociedad que se había modernizado y exigía cambios democráticos. Hasta junio de 1976 continuó al frente del gobierno Carlos Arias Navarro, reacio a las reformas. La represión de los sucesos de Vitoria, en marzo, y los de Montejurra, en mayo, mostraron el talante del gobierno y su incapacidad para impulsar un cambio. La oposición, por su parte, ganaba influencia en la calle y articulaba organismos unitarios para la ruptura democrática. El 2 de julio el Rey aceptó la dimisión de un Arias, agotado y sin apoyos, y le encargó formar gobierno a Adolfo Suárez, que acometió un programa basado en el restablecimiento las libertades, la legalización de los partidos políticos, la convocatoria de elecciones libres y la concesión de autonomía a los territorios históricos. El primer paso fue la Ley para la Reforma Política, llave maestra para desactivar todo el entramado jurídico-político de la dictadura partiendo de la legalidad vigente. La ley fue aprobada por las Cortes en noviembre y validada en referéndum el 15 de diciembre. El apoyo popular a la reforma fue un duro golpe para la estrategia de la ruptura e hizo que el PSOE y el PCE aceptaran entrar a negociar con el gobierno.
Entre febrero y abril de 1977 Suárez legalizó a la mayoría de las organizaciones democráticas, incluido el PCE, y disolvió el Movimiento Nacional. La extrema derecha y la extrema izquierda intentaron sabotear el proceso, promoviendo una escalada de la violencia cuyo episodio más trágico fue la matanza de Atocha. No obstante, el 15 de junio de 1977 se celebraron elecciones libres. La UCD obtuvo la mayoría relativa, seguida del PSOE, lo que confirmó el éxito de los grupos reformistas. Las nuevas Cortes asumieron la tarea de elaborar una Constitución, para lo cual se formó una ponencia con representación de las principales fuerzas parlamentarias. Para evitar que el proceso político se viera afectado por el deterioro económico y la creciente conflictividad social, el 27 de octubre gobierno y oposición suscribieron los Pactos de la Moncloa. La presión de los partidos nacionalistas llevó a Suárez a reconocer, incluso antes de la aprobación de la Constitución, el autogobierno para Cataluña y el País Vasco.
El anteproyecto, redactado por una ponencia de siete miembros, se sujetó a una profunda revisión de ambas Cámaras que duró año y medio, hasta resultar definitivamente aprobado y sometido a referéndum afirmativo el 6 de diciembre de 1978. El gobierno disolvió las Cortes y convocó elecciones generales para el 1 de marzo de 1979.