lunes, 9 de septiembre de 2013

Guardate de leteo

 
MIGUEL ANGEL Toledano 09/09/2013
La decisión apropiada no siempre es la correcta. Lo sabes. Poco a poco las nubes aparecen y nieblan nuestros días de las cosas que no vemos, que no sabemos. Que no queremos saber. Lo sabes. Hoy he abierto el portátil y cuando te he saludado para iniciar el día, tus palabras se resistían a expresarte, a expresar que no querían ser pronunciadas. Y yo sé lo que significan esos momentos en que preferimos quedarnos solos, que no nos molesten, porque no estamos en condiciones, no somos nosotros y lo lamentamos más que nadie en el mundo. Le he dicho te quiero y he dejado la conversación suspendida en el hilo invisible de ese lienzo de plata que une nuestros tactos, nuestros sentimientos, nuestras vidas.
Siento tu fragilidad- Pero ninguna noche dura todo el año. Cuando llegan los días grises, parece que van a permanecer con nosotros para siempre. Las noches se evaporan y, cuando vuelve a amanecer las grisuras mantienen sus hilos quejumbrosos cubriendo los invisibles lazos de la revelación de la vida. "Cuando desperté el dinosaurio seguía allí". Augusto Monterroso escribió así, desde su propio título, el cuento más real, más intenso, más cruel, más literariamente hermoso de cuantos se han escrito. Temor. Alcohol de quemar. Cuando desperté, la bestia ya estaba allí. Cuando volví a despertar, el animal seguía, sigue allí- Pero no hay tormenta que dure más de un mes. Las sombras de la madrugada desaparecerán al amanecer. Las nubes se desvanecerán. ¿Oyes? Escucha, Antonio Vega canta para ti: Azul- líneas en el mar, que, profundo y sin domar, acaricia una verdad- se dejaba llevar por ti, nunca la oyes hablar, nada puedes sufrir que no sepas solucionar-
Sabes que soy ciego. Un ciego que camina a tientas hacia donde secretamente moras y sabe que, además de los días luminosos, existe también la luz de la tragedia, que nos imaginamos siempre bajo la indecisa luz de una mariposa de aceite en el espacio angosto de los sueños, la luz que se insinúa en el alma y permite que los conflictos trágicos se manifiesten. Mas hay otra luz, la núbil luz de los misterios, la luz que alumbra no las imágenes visibles --visiones del alma y de la inteligencia--, sino el mundo sagrado no revelado todavía, el mundo del padecer humano en todo su misterio y su enigma. No te pongas triste. Hay almas a las que uno tiene ganas de asomarse como a una ventana llena de sol, decía Federico. Hay seres a los que uno desea asomarse incluso en los días grises. Dejo abiertas las ventanas por si quiere volver, mon semblable, mon frére .
* Profesor de Literatura