domingo, 9 de junio de 2013

Pablo Iglesias, educador de muchedumbres

Los esfuerzos tenaces de Pablo Iglesias en la lucha por la justicia social, su falta de protagonismo, su ejemplaridad, hacen justo el apelativo que Morato le puso: "El Apóstol".

En ningún momento, el líder obrero ferrolano deja ”su socialismo” aislado. Ahí está su encuentro en París con Federico Engels en 1889, con motivo del Congreso Nacionalde Trabajadores y su posterior relación epistolar ,en donde incluso el pensador alemán solicita, en agosto de 1894, a Iglesias que envíe “El Socialista” a Eleanor Marx- Aveling ( hija menor de Carlos Marx).

Pablo Iglesias, como indica Buero Vallejo ”(…), supo recorrer sin desmayo y abrir a los demás oprimidos el penoso camino que va desde la indefensión a la organización, de la ignorancia a la cultura, de la debilidad a la fuerza obrera (…)”, pero no sólo lo consiguió por el ejercicio de su capacidad y su lucidez, sino también , y aún más, con el ejemplo de su abnegación .

En la luz proyectada por su inteligencia y su conducta brilla todavía la más imperiosa consigna: la de la unión de las izquierdas, algo que todavía no se ha logrado del todo. Una personalidad como la suya nos hace albergar una esperanza. Es como "un himno gigante de colores y notas", que diría Bécquer…es el apóstol, es el abuelo que nos ha dejado huérfanos, no sólo a los suyos, sino también a sus adversarios. 

Como dice Manuel Andujar, la aportación de Pablo Iglesias es la conciencia de su origen, la claridad de sus metas plausibles y la dignidad de unos procedimientos de “aquellas manos”. 

Existe una relación entre el P.S.O.E. y la Institución Libre de Enseñanza (ILE),así los discipulos de Sanz del Río,organizan entre otras actividades cursos y conferencias para obreros:a ellas asiste en 1868-1869 el joven Paulino,el que diez años después será el principal fundador del PSOE.Y no sería éste su único contacto personal o político con los hombres de la Institución. 

También Jaime Vera (1859-1918),integrante de aquel grupo fundador y uno de los intelectuales más importantes del partido,autor en 1884 del famoso "Informe" ante la "Comisión de Reformas Sociales",había estudiado con los Krausistas: de niño fue,en efecto,alumno del "Colegio Internacional" fundado en 1866 por Nicolás Salmerón. 

Pero será después de estos contactos más circunstanciales de los inicios cuando la relación entre institucionistas y socialistas habrá de incrementarse en mayor grado.Giner de los Ríos (1839-1915)-el fundador de ILE-no fue,por supuesto,socialista.Pero en su filosofía política y jurídica,de carácter abiertamente liberal,y en sus ideas pedagógicas transformadoras en profundidad del hombre había base perfectamente apta para la posterior constitución de objetivos democráticos y,en no pocos de sus discípulos (Besteiro,De los Ríos,Asúa,etc.) para una coherente evolución hacia el socialismo.Ninguno de estos socialistas olvidó nunca su deuda intelectual y humana con el viejo maestro de la Institución. 

No es,así,infrecuente encontrar que los discípulos comunes unan por esto el nombre de Giner al del fundador del PSOE,como padres espirituales y mentores,respectivamente,de intelectuales obreros de la España contemporánea. 

Mucho más que Giner de los Ríos,intervino en política social su íntimo y fiel amigo Gumersindo de Azcárate (1840-1917).Expulsado de la Universidad en 1876 por el primer gobierno de la Restauración,junto con Giner y Salmerón,confinados los tres en Cáceres,Cádiz y Lugo,respectivamente,es quizá Azcárate el exponente más progresivo del reformismo social-krausista.Recordemos que fue en este cofinamiento cuando Azcárate escribe su famosa "Minuta de un testamento",defensa de la libertad religiosa y crítica de la Iglesia y de la religión católica,y cuando Giner-en Cádiz-concibe la idea,realizada pocos meses después ( en el mismo 1879),de crear la "Institución Libre de Enseñanza". 

Este reformismo social-krausista e institucionista fue asimismo el impulsor de la creación por Moret,el 1883,de la "Comisión de Reformas Sociales",que sería el embrión del posterior "Instituto de Reformas Sociales" y del Ministerio de Trabajo. 

Pablo Iglesias tuvo que lidiar a la pobreza y a la cárcel y atravesar desiertos deprimentes y calcinadores, en donde el entramado caciquil le daba a España un tufillo espantoso de olores neofeudales. Y como indica José Hierro, "Pablo Iglesias era para mí un santo laico cuyo nombre sonaba beatamente en labios obreros y socialistas”. 

Por fin llegó aquel domingo diferente, tanta gente por la calle atraída hacia no sabía donde, hacía un frío de muerte, pero la muchedumbre no sentía frío… embebidos en seguir al coche fúnebre, a las banderas y a las flores. Un desconocido con ojos húmedos y perdidos me dijo mismo enfrente de la estatua de los cisnes del Retiro: niño, algún día podrás decir que fuiste al entierro de Pablo Iglesias.



José María López Dafonte