ALFONSO CASTELLANO,
REPUBLICA DOMINICANA- 10-05-2013.
Por fin he salido de Santo Domingo, aunque a todos le suene esta ciudad algo exquisito debo decir que es todo lo contrario. Mucha gente vive allí por el trabajo y por la disponibilidad para hacer negocios. Creo que es la única ciudad costera que carece de playas para poder bañarse.
Después de coger un autobús de línea que por cierto está muy bien, mejor que en España para mí gusto. Pues está independiente la cabina del conductor de los pasajeros. Donde el cobrador te cobra el billete cuando estas sentado y las maletas te las coloca el mismo en el maletero, te las identifica y te da una tarjeta para que cuando te salgas del autobús el mismo te las pueda dar otra vez sin esfuerzo. En este medio de transporte la música no dejaba de sonar, se alternaban merengues, salsas, bachatas.
Mi destino es Higüey, pues si creo que esto es el paraíso, esta ciudad es la perla del país. Lo único, es que no es costa.
Aquí se ven buenos carros (coches), se ven buenas casas. Eso no quita de que haya algunos barrios más pobres. Este pueblo desde la llegada me atendió muy bien, mejor de lo que me esperaba.
Al poco de aterrizar en el hotel, fui a tomar una cerveza y conocer todo el ambiente que se mueve. Cuál fue mi sorpresa al ver la cantidad que se mueve y a qué nivel. En un país donde puedes comer fuera de tú casa por el precio de una cerveza. Encontrar una terraza el viernes a las 1 de la tarde llena es algo muy raro y difícil de encontrar en otras ciudades de República Dominicana.
