martes, 19 de marzo de 2013

¡MENUDO ES MI PADRE! 22 ejemplos de progenitores descerebrados



Criaturitas bebiendo, fumando o volando, bebés de involuntario relleno en fotos picantes, mocosos portando un hacha o símbolos nazis, nenitas con aspecto de prostituta barata… La inmensa mayoría de los padres quieren mucho a sus hijos. Lo que no quita que, por irresponsabilidad o falta de cordura, muchas veces expongan a sus retoños a situaciones que pondrían los pelos de punta no ya del Defensor del Menor más fajado sino de cualquier persona con dos dedos de frente. Vayan aquí 22 espeluznantes ejemplos.

Mi papá es un mal ejemplo

En calidad de padres (y, aunque talluditos, también de hijos) somos bastante condescendientes con una amplia gama de actitudes paternofiliales. Ahora, si ya nos parece sobrado llevarte al niño a un garito de strip tease (¡y sujetarlo mientras te atizas un lingotazo!), lo de poner a tu hijita a posar con un Hitler es de juzgado de Nuremberg guardia (por mucho que sea un títere).



Mi mamá es un poco fresca

Vaya por delante que no tenemos nada contra el envío de fotos y vídeos picantes/sugerentes/estimulantes –aprovechamos para mandar un abrazo a la concejala de Los Yébenes–, pero hacerlo con infantes dentro de la imagen es algo del todo fuera de lugar (increíblemente, Internet está lleno de casos así y mucho peores).





Mamá es boba

El Segway de por sí es ya es bastante tontorrón. Pero lo de esta madre manejando el susodicho con una mano mientras empuja el carrito con la otra, a parte de componer una estampa lamentable, no puede conducir a nada bueno. Y meter a tu aterrado chiquillo en el microondas, por muy gracieta que sea, entra en la categoría de “atentado”.





Mis papis me matan

Señora, ¿no se da cuenta de que, por mucho que sea un transporte ecológico, su hija está siendo aplastada por su trasero? Esto sólo podría empeorarlo el hecho de que la ciclista hubiera desayunado judías. Señor, ¿la bolsa para qué es, por si acaso sobrevive cuando salga despedido en un frenazo? ¿O es una genial idea para protegerle de “la polución ambiental”?





Mi papá es un cachondo mental

En esta categoría lo que está en juego no es la integridad física del menor sino su dignidad, lo cual no es moco de pavo. Si hacer como que tu hijo es una “salchicha” pudiera tener, muy a lo lejos, su poquito de gracia, pretender que es un “chorizo” no tiene la más mínima (que le pregunten al doliente párvulo, al que le deseamos fervientemente que la cisterna estuviera echada).





Mi papi me consiente

Cuando alguien dice “Yo soy muy liberal con mis hijos” nos vienen a la cabeza cosas distintas al hecho de ser iniciados en las drogas y el alcohol desde la más tierna infancia. Si darle a tu bebé a “chupar del bote” está mal (al menos es una cinco estrellas), darle a aspirar de un bong de marihuana aún humeante está, por decirlo de una manera suave, fatal.







Mamá quiere que sea artista

“La culpa es de los padres, que las visten como p*^¨s” es una frase desafortunadísima. Pero cobra realidad con este par de tristes ejemplos. En el primero, una amorosa madre introduce a su criaturita en las artes del pole dancing… ¡con medias de rejilla! Enternecedor. El segundo, con esas felices gemelas pintadas como puertas, resulta más bien estremecedor.





Mi papá es tonto

“Estoy horriblemente desfigurada por culpa de mi papito, que me inició en los misterios de chupar batidoras”, es una frase que no deseamos que esta niña tenga que llegar a escribir (la lengua mucho nos tememos que no podría usar). Tampoco nos gustaría escuchar por boca del niño: “Estoy confinado en una silla de ruedas por culpa de mi papito, que me inició en los misterios de ser un objeto arrojadizo”.





Mis papás me miman

Ponerle a una niñita la parte de arriba de un bikini no es grave. Olvidar ponerle crema protectora y que la pobre tenga la piel al rojo vivo lo es algo más. Pero lo peor es haberle hecho una foto que haya llegado a las redes sociales. Al lado de estos papás, el hombre que aplasta a su hijo entre las piernas para echar una foto es una hermanita de la caridad.





Mi papá me enseña seguridad vial

La imagen de un niñito en su triciclo a punto de ser devorado por el tráfico de una gran ciudad asiática pone los pelos de punta. ¿Se escapó del control de sus progenitores o es que así es como va a la guardería? Menos hiriente, aunque bastante peligroso también, es el caso de la familia motorizada, sobre todo porque el miembro más joven es el más expuesto.





Mi papá puede al tuyo

Que los bebés se llevan cualquier cosa a la boca no es una excusa válida si lo que se está llevando el bebé a la boca son los dos cañones de un rifle con calibre suficiente para abatir bisontes. ¿Y qué decir de la cara de loquito del niño al que su sonriente padre deja esgrimir un hacha? (En su descargo se podría argumentar que está sujetando la hoja, pero en su contra no se puede dejar de señalar que encima ¡lleva pantalones piratas!).





Imágenes tomadas de Bad Parenting y la dichosa World Wide Web.