viernes, 8 de junio de 2012

Un despido que no huele bien: lo echaron por gases y eructos

Imagen ilustrativa.
Imagen ilustrativa.
En Francia, un empleado recibió un telegrama que le notificaba su cesantía debido a las "perturbaciones sonoras" que realizaba en su trabajo. Ocurrió luego de las reiteradas quejas de sus colegas.
“Las faltas deliberadas y reiteradas a las reglas del saber vivir de este asalariado, generadoras de tensiones en sus relaciones con sus colegas de trabajo, constituyen una causa real y seria de despido". Detrás de este telegrama políticamente correcto, una empresa francesa despidió a uno de sus empleados.
El trabajador en cuestión tenía, al parecer, una afición desmedida por los eructos y las flatulencias, que demostraba en la oficina, y delante de sus compañeros, sin importarle en lo más mínimo sus protestas, lo que llevó a algunos de ellos a quejarse a la dirección, publica Informe21.
Las protestas tuvieron su efecto, y el empleado acabó despedido. Explícitamente, el texto decía: "Nos vemos obligados a notificarle su licenciamiento por causa real y seria debido a los siguientes motivos: perturbaciones sonoras tales como eructos regulares, flatulencias no disimuladas (de las que) resulta que sus faltas y su comportamiento generan tensiones y conflictos recurrentes en las relaciones con sus colegas de trabajo".