Los animales fueron encerrados en una celda (El Tribuno).
En Salta, los animales que fueron
rescatados tras haber sido robados a una familia, terminaron en el
calabozo para que no se escapen de la comisaría. Un pollo paraguayo "cogote pila" sigue sin aparecer.
En San José de Metán ocurrió otro insólito caso
policial en el que los protagonistas fueron animales. Se trata de un
gallo y una gallina que habían sido robados a una familia del barrio Las
Delicias, ubicado en la zona este de la ciudad.
La denuncia fue radicada en la Comisaría 30 por Segundo Lazo Ortega, quien dijo que días pasados le sustrajeron del gallinero que tiene en el fondo de su vivienda una gallina blanca, un gallo amarillo y un pollo paraguayo “cogote pila”, publica El Tribuno.
Por tratarse de un ilícito, inmediatamente tomaron intervención efectivos civiles de la dependencia, quien luego de averiguaciones lograron determinar el lugar en el que se encontraban las aves de corral.
“Los tenía una vecina del mismo barrio, quien dijo que su hijo se los había comprado a un desconocido. La mujer entregó voluntariamente al gallo y la gallina y los trasladamos a la dependencia para resguardarlos, hasta cumplir las diligencias de rigor”, dijo uno de los investigadores.
El que sigue sin aparecer, por ahora, es el infortunado pollo paraguayo “cogote pila”, cuyo paradero se desconoce.
La Comisaría local solamente está acondicionada para alojar a humanos. Como los efectivos no tenían donde dejarlos los pusieron en una caja, pero ante el temor que se escaparan, los colocaron en un antiguo calabozo deshabitado. Luego se los entregaron a sus propietarios.
La denuncia fue radicada en la Comisaría 30 por Segundo Lazo Ortega, quien dijo que días pasados le sustrajeron del gallinero que tiene en el fondo de su vivienda una gallina blanca, un gallo amarillo y un pollo paraguayo “cogote pila”, publica El Tribuno.
Por tratarse de un ilícito, inmediatamente tomaron intervención efectivos civiles de la dependencia, quien luego de averiguaciones lograron determinar el lugar en el que se encontraban las aves de corral.
“Los tenía una vecina del mismo barrio, quien dijo que su hijo se los había comprado a un desconocido. La mujer entregó voluntariamente al gallo y la gallina y los trasladamos a la dependencia para resguardarlos, hasta cumplir las diligencias de rigor”, dijo uno de los investigadores.
El que sigue sin aparecer, por ahora, es el infortunado pollo paraguayo “cogote pila”, cuyo paradero se desconoce.
La Comisaría local solamente está acondicionada para alojar a humanos. Como los efectivos no tenían donde dejarlos los pusieron en una caja, pero ante el temor que se escaparan, los colocaron en un antiguo calabozo deshabitado. Luego se los entregaron a sus propietarios.
