jueves, 29 de septiembre de 2016

Flamenco en mi memoria

Soy Andrés Raya y nací en Fernán Núñez, campiña de Córdoba (España). Desde chico me aficioné al Cante Flamenco, llegando a ser una de mis pasiones. Este blog recoge retazos de mis memorias.

Poetas para el Flamenco. JUAN REJANO
Envío a Leonardo Velasco, Álvaro de la Fuente y Miguel Ángel Jiménez, paisanos del poeta Juan Rejano.

A finales de junio de 1976, la profesora Aurora de Albornoz publicaba un artículo en la revista Triunfo en el que hablaba del poeta Juan Rejano (Puente Genil -Córdoba-, 20-10-1903; México, 04-07-1976). Cuatro semanas después, en la misma revista, Víctor Márquez Reviriego nos volvía a hablar de él, esta vez para comunicar su muerte cuando el poeta se preparaba para volver de su largo exilio. Desconocido en España para la gran mayoría, con muchos libros publicados pero todos en México, confieso que era la primera vez que yo oía hablar de este hombre.

Poco tiempo pasó cuando dos jóvencillos universitarios de la rama de Lengua, Esteban Díaz y Miguel Ángel Toledano, se habían hecho con los libros del poeta pontanés y habían elaborado una extensa antología del mismo. Vinieron a mí para que la publicara en Ediciones Demófilo, cosa que acepté después de una lectura del original con la que disfruté mucho. El recordado psiquiatra y escritor Castilla del Pino me puso al habla con las hijas de Rejano, que vivían en Málaga, allá nos fuimos mi compadre Salvador de Toro y yo, firmamos contrato de edición y en marzo de 1977 ya estaba en librerías el volumen Juan Rejano, poesías.  

El libro fue muy bien acogido por la prensa y yo conservo recortes en los que se cita publicados en Diario Córdoba, El Correo de Andalucía, ABC, El País, Informaciones, Diario de Menorca, La Estafeta Literaria y varios más. Se presentó en Córdoba (Salón de Actos de la Caja Provincial de Ahorros), en Sevilla (Club Gorca) y se presentó en Madrid. Esto último ocurrió en Madrid, el día 22 de abril de 1977, en el Colegio Mayor San Juan Evangelista, dentro de los actos de su II SEMANA DE ANDALUCÍA. Se planteó como un Homenaje Nacional y su convocatoria fue firmada por importantísimas figuras de la cultura española, de las cuales señalamos unas cuantas: Jorge Guillén, Rafael Alberti, José Luis Cano, Juan Bernier, Carlos Castilla del Pino, Rosa Chacel, Fernando Quiñones, Blas de Otero, Francisco Yndurain, Rafael Lapesa... Tras la lectura de abundantes telegramas de adhesión al homenaje, el acto fue abierto por el entonces colegial Miguel Ángel Toledano. La presentación del libro, propiamente dicha, corrió a cargo de  doña Aurora de Albornoz. Recitaron poemas los actores Juan Diego y Rosa Vicente. Bueno, se me olvidaba, también intervino, como presidente de Ediciones Demófilo, el cordobés Andrés Raya. La verdad es que en aquella tarde me encontré muy a gusto en un Colegio Mayor que diez años antes tanto había representado para mí. Acabé mi intervención con vivas a Rejano, al Colegio Mayor y, ¿cómo no?, rematé con un sentido y eufórico ¡Viva Andalucía Libre!.

Y se preguntarán ustedes a qué vienen estas historias en un cuadernillo de memorias flamencas. Pues trataré de justificarme. Juan Rejano nació en Puente Genil, tierra de mucho cante, y yo aseguraría que lo conoció desde pequeño. En su exilio mexicano, se acordaba de su tierra y lo hacía con estrofas idénticas  a las que los flamencos usan para cantar por soleá, por malagueñas, por fandangos, por livianas o serranas. Rejano, como en su momento hicieran Augusto Ferrán, Juan Ramón Jiménez o Manuel Machado, quiso escribir coplas y bien que lo consiguió. Coplas que aparecen por toda su obra, aunque de manera más abundante en su libro de 1944 titulado El Genil y los olivos. Otras canciones. Veamos algunos ejemplos:

En Loja eres la mañana,
el mediodía en la Puente, 
la tarde en Écija llana.

¡Aldea del Palomar!
Un ribera de huertas
y cuatro casas de cal.

Aquel olivo tenía
cien años en cada rama
y en la raíz una espina.

Los que van por el camino
se paran a ver mi llanto
a la sombra del olivo

En el agua, una alameda;
en la alameda, un jardín;
en el jardín una niña,
como la que yo perdí.
¡Ay, que nunca más la vi!

¿Por qué te llaman Estepa,
si eres como una paloma
en vuelo, junto a la sierra?

Yo también voy cantando,
rumbo al olvido
para que el hombre tenga
paz en su nido.
Hasta las penas
vestidas de esperanza
van por mis venas.

A veces glosaba las letras populares como lo prueba este fandango lucentino:

Entre Córdoba y Lucena
hay una laguna clara
Canta la copla 
por el olivar.
Llevaban
a la laguna
mis ojos su pena amarga
y las lágrimas salían
deslumbradas.
Al verme llegar, se abría 
el agua
y brotaban de su fondo.
los olivares de plata.
¡Laguna 
de tierra llana,
donde lloraba mis penas
cuando de ti me acordaba!

otras se acordaba de los pregoneros, como aquel de las piñas (*)

En la esquina
el vendedor.
Una voz con cascabeles
y un burrito de algodón.
-Niños y niñas,
¡llorad por piñas!
El pregón 
sube por la calle arriba.
Las puertas se llenan
de llantos y risas.
-¡Madre,
yo quiero una piña!
Cuando se aleja la voz,
algarabía
de gritos.
Sonríe el sol.

Sí, Juan Rejano, debe figurar en la relación de poetas cantados por los flamencos. Desde aquí animo, sobre todo a los jóvenes valores de Córdoba y su campiña, a que lean sus libros y canten sus textos. Claro que, como me contaba el pasado 23 de julio el amigo Leonardo Velasco, ya ha habido cantaores que han usado textos de Rejano. Vamos a escucharlos:

1) Alfredo Arrebola, en 1998 y con la guitarra de Andrés Cansino, cogió una estrofa del libro El Genil y los olivos y la adaptó para cantarla como serrana:

2) Vicente Soto, en el año 2006 acompañado por el guitarrista José María Molero, grabó por colombianas un texto tomado del libro El oscuro límite.


En fin, esto es cuanto puede deciros un simple aficionado al flamenco sobre el poeta Juan Rejano. En octubre, días 14 y 15, se celebra el XXXVIII Congreso Internacional de Arte Flamenco, precisamente en Puente Genil. Está prevista una ponencia de título Poesía y Literatura en el Flamenco: Juan Rejano, a cargo del flamencólogo y profesor jienense José Luis Buendía. Acudan ustedes, atiendan y aprendan. 


(*) Viejo debe ser ese pregón pues Rejano se exiló en 1939 y no volvió a pisar España. Yo lo oí en mi niñez (años cuarenta) en Fernán Núñez y el cantaor Juli Córdoba, natural de Cabra lo conocía y lo dejó grabado según pueden comprobar usando este enlace.

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