lunes, 2 de mayo de 2016

Manuel Benítez: la historia de su otro hijo, muerto a tiros

Manuel Benítez, el Cordobés, (Palma del Río, 1936) acaba de ser declarado padre legal de Manuel Díaz tras la demanda interpuesta por el segundo en los tribunales. Pero el famosos torero de 80 había tenido ya varias demandas de paternidad. La de María Ángeles Raigón, ratificada hace 16 era más conocida. No lo es tanto la historia del otro hijo, muerto a tiros.
La interpuesta por el ex de Vicky Martín Berrocal ha recordado otras historias: oficialmente tiene los cinco hijos que nacieron de la relación con su mujer, la francesa María Martina Fraysse Urruty, de la que ahora se ha separado, dicen que para vivir un romance con una joven menor de 30 años.
Pero hace ahora justo 16 años, en mayo de 2000, la Audiencia Provincial de Córdoba ratificó la existencia de María Ángeles Raigón Carreras (Córdoba, 1969), que tenía entonces 31 años y residía en Barcelona y que pasó a llamarse María Ángeles Benítez Raigón.
Trabajadora de un servicio público de emergencias en Andalucía, es también dueña de un bar en el centro de Córdoba, La Placita del Músico. Ella no consiguió que el torero se hiciera las pruebas de ADN, pero el juez le dio la razón porque la Sala consideró que había quedado probada la relación paterno filial.
Entre las pruebas que aportó esta mujer, físicamente parecida a Manuel Díaz, destacó la dedicatoria que el octogenario torero dedicó a su hija el día de su primera comunión; y unas cartas enviadas desde América. Además, se aportaron fotografías del torero con la madre que evidenciaron que "había algo más que una simple amistad", según valoraron los jueces entonces.
El Cordobés dijo que no era padre de María Ángeles pero admitió haber mantenido relaciones sexuales con su madre. El juez estableció el derecho a usar los apellidos y una pensión alimenticia de 50.000 pesetas mensuales.
Este lunes 2 de mayo, la revista Pronto recupera para su portada otra vieja historia ya conocida pero posiblemente olvidada para algunos y que ahora, con la concesión de paternidad a favor de Manuel Díaz, cobra actualidad: se trata de la trágica historia del otro hijo de Benítez, que murió tiroteado.
La historia del otro Manuel Benítez Valero es infinitamente peor y sobre todo más trágica que la de María Ángeles. 
En 1982 la maestra norteamericana Alina E. Velasco interpuso una demanda de parternidad contra el torero. Según el relato de la mujer, ella viajaba por España con su madre y llegaron a Córdoba el 19 de junio de 1968. Se alojaron en el hotel propiedad de El Cordobés y él las invitó a tomar una copa y a una fiesta que tendría lugar al día siguiente en su Finca Villalobillos.
Benítez le ofreció montar a caballo y  viéndola cambiarse de ropa se animaron: una cosa llevó a la otra y mantuvieron un encuentro sexual. Así comenzó su relación. En abril de 1969, Alina regresó a Los Ángeles embarazada de tres meses y su hijo nació en Miami en septiembre de ese año. Más tarde Alina volvió a Córdoba para que pudiese conocerlo. Pero Manuel no le ofreció otra cosa que largas y promesas, según relata ella en su demanda.
La norteamericana decidió tras varios años de indecisiones interponer una demanda de paternidad. Fue rechazada en primera instancia pero ganó en apelación. El Tribunal Supremo ratificó finalmente la pretensión de Alina para su hijo y Manuel Benítez fue declarado legalmente padre del joven sin hacerse la prueba de ADN.
Era mayo de 1988 puso una demanda económica por valor de 43 millones de pesetas al diestro en concepto de pensión alimenticia para su hijo, ya un chaval de 21 años. La pretensión fue rechazada porque el art. 148 del Código Civil establece que la retroactividad solo alcanza a la fecha de interposición de la demanda y el recurso de amparo del torero también, sentando jurisprudencia sobre la no necesidad de someterse a la prueba de ADN para ser declarado padre legalmente. Alina Velasco había perdido aquella batalla.
Alina y su hijo perseguían la herencia del torero, pero Benítez se defendió ante la justicia denunciando la falsedad de todo el relato, rebatiendo la documentación aportada, y un juez ordenó busca y captura de la mujer. Entre la aportación documental de Alina Velasco había una foto del torero jugando con un bebé que en realidad era su primera hija, Maribel, y certificados de bautismo y nacimiento firmados por funcionarios de Miami. El fiscal pidió para ella apertura de juicio, siete meses de prisión y 250.000 pesetas de multa, pero jamás volvió a saberse de ella en España. Hoy, sigue desaparecida, también en EEUU. Finalmente, la sentencia que establecía la paternidad de Manuel Benítez, el Cordobés, fue anulada en 1999.
Pero el pequeño Manolito americano, mientras le llegaba o no la lluvia de millones de su padre español, tenía que buscarse la vida. Y trató de hacerlo como actor. Bajo el nombre artístico de Mark Everett comenzó a participar en anuncios y logró algún papelito en series Galáctica o Autopista hacia el cielo.
Incluso consiguió trabajar en tres películas de serie B. Pero al final no pasó de actor fracasado. Pronto se esfumaron sus esperanzas de ser actor y la realidad le golpeó con miseraias: regresó a Miami y trató de ganarse la vida vendiendo medicamentos. Entonces se aficionó a algunas pastillas y medicamentos y comenzó a mover drogas.
Con 26 años (ahora tendría 40) y sin posibilidad de heredar ni un euro de su padre, conoció a Stephanie Spears, una joven con la que estuvo ocho años de relación y con la que tuvo un hijo. El 21 de marzo de 2004, Manuel mató a la madre de su hijo y huyó.
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Durante la huida usó entre otros nombres y alias el de Benítez. El FBI puso un precio de 20.000 dólares a su cabeza y su cara estaba volvió a la televisión pero no para protagonizar anuncios ni intervenir en películas sino para recordar a la población como era este asesino buscado y perseguido.
La tarde del 23 de diciembre de 2008, una llamada alertaba a las autoridades de que un individuo cuya descripción encajaba con la de Benítez Velasco había sido visto acompañado de un niño de unos siete años en la pequeña ciudad El Monte, cerca de Los Ángeles.
Un agente le dio el alto él corrió por la calle con el pequeño Benjamin de la mano. Se metió en un restaurante chino con dos armas. Hubo un tiroteo: el niños resultó herido y él hijo de El Cordobés, muerto.
De la abuela Alina Velasco no se ha vuelto a saber nada y el niño, nieto de Manuel Benítez, fue entregado a los servicios sociales.

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