Esta noche se emite el segundo episodio de ‘El Caso, crónica de sucesos’, la serie que Televisión Española estrenó la semana pasada y cuenta las peripecias de la redacción del periódico más sensacionalista que jamás se leyó en España (con excepción de todos los demás).
A El Caso le pasaba lo mismo que al ‘Sálvame De Luxe’ hoy: todo el mundo lo leía pero nadie reconocía hacerlo. Sumergirse en las páginas de El Caso es toda una experiencia para cualquier periodista (la colección está atesorada en la Biblioteca del CEU San Pablo en Madrid): por sus páginas desfilan titulares contundentes y políticamente incorrectos, crudas imágenes sin pixelar y el retrato de una sociedad temerosa y violenta en la que se mataba “poco y mal”, según Eugenio Suárez, fundador del periódico.
Puede que El Caso fuera un periódico para porteras, como aseguran los naturales de aquella época, pero lo cierto es que sus páginas traslucían más verdad y libertad que los periódicos “serios” de la época (1952-1987). ¿Por qué toleró Franco semejante libelo sangriento? Según dejó escrito Paco Umbral,
“Franco permitió El Caso porque pensaba que la gente, distraída con el crimen de la portera, la gata con alas o el hongo milagroso, se iba a despolitizar, como así fue”.
Una mirada alternativa sobre le carácter moralizante del semanario en la España nacionalcatólica de la época la da el padre Carmelo de Jesús en las propias páginas de El Caso (1965):
1. Cuando el hombre de la calle lee en EL CASO un suceso, recibe una impresión de peso y disgusto que le lleva al aborrecimiento del obrar mal y le induce a vigilar o enderezar su conducta o un afianzamiento de su buen obrar.
2. Piensa que nadie escapa a la Justicia.
3. Todo se sabe.
4. Buscando un camino que desemboque en la delincuencia, pregunto a los delincuentes y ninguno me dice que ha sido impulsado a ella por las lecturas de EL CASO.
Con información de El Economista y Wikipedia. Las imágenes están tomadas de la colección de El Caso en la Biblioteca del CEU San Pablo en Madrid. ç
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