lunes, 21 de septiembre de 2015

Víctimas mortales de la represión en Fernán Núñez durante la guerra civil

Blog de Arcángel Bedmar


El golpe de estado del 18 de julio de 1936 se materializó en Córdoba a las cinco de la tarde, cuando el coronel Ciriaco Cascajo Ruiz, siguiendo las instrucciones transmitidas por el general Queipo de Llano desde Sevilla, leyó el bando de guerra en el cuartel de Artillería, en medio de la euforia de los terratenientes y derechistas armados que allí se habían congregado para apoyar la insurrección. Entre ellos se encontraban el propietario fernannuñense Juan Cañadas Laguna y el ingeniero madrileño Carlos Inzenga Caramanzana –administrador del duque de Fernán Núñez–, que se convertiría en jefe local de la Falange cordobesa aquel mismo año. Durante la tarde y la noche los militares rebeldes controlaron el gobierno civil, el ayuntamiento y los servicios de correos, telégrafos y telefónica, desde donde llamarían a la rebelión a todos los pueblos de la provincia.
2. Romero Romero, Antonio
Antonio Romero Romero, alcalde de Izquierda Republicana, fusilado el 25 de julio de 1936.
Fernán Núñez era entonces una localidad de la campiña cordobesa con una sólida tradición sindical y uno de los feudos del anarquismo en la provincia. Además, en las elecciones del 16 de febrero de 1936 la candidatura del Frente Popular (Unión Republicana, Izquierda Republicana, PSOE, PCE, etc.) había obtenido una arrolladora victoria, con 3.001 votos, frente a 700 de las derechas. En el pueblo la sublevación militar la encabezó el teniente de la Guardia Civil Cristóbal Recuerda Jiménez, quien en la madrugada del día 19 de julio proclamó el bando de guerra, detuvo al alcalde Antonio Romero Romero (de Izquierda Republicana), clausuró el centro obrero y encarceló a algunos anarquistas, entre ellos al secretario de las Juventudes Libertarias, Antonio Ariza Luna. Las fuerzas opositoras al golpe de estado –entre los que predominaban los anarquistas y en menor medida militantes de Izquierda Republicana y socialistas– respondieron con rapidez, se lanzaron a la búsqueda frenética de armas y consiguieron algunas escopetas de caza y varias pistolas. El día 19 por la mañana, el teniente Cristóbal Recuerda y sus hombres salieron a patrullar, apoyados por escasos derechistas, aunque serían recibidos por disparos en la calle San Sebastián. Debido a sus escasos efectivos, los guardias civiles, después de matar a un hombre que se encontraba guardando un melonar en la carretera Córdoba-Málaga, se vieron impotentes para controlar el pueblo y se recluyeron en el cuartel, situado al lado del palacio ducal, donde también se encontraba la prisión del municipio. Ni siquiera pudieron impedir que, a través de un agujero realizado en la parte de atrás de esta cárcel, un grupo mandado por el comunista Francisco Yuste Cuesta consiguiera rescatar el día 22 a las personas que el teniente Cristóbal Recuerda había apresado en la madrugada del 19.
Para coordinar la respuesta al golpe militar, en Fernán Núñez se creó un Comité formado en su mayoría por anarquistas. El día 23 de julio comenzaron los registros, detenciones y requisas de los bienes de varios derechistas. A algunos los liberaron tras arrebatarles las armas o interrogarlos, pero a otros los recluyeron en una habitación junto al surtidor de gasolina, situado en la carretera de Córdoba. El día 24 los trasladaron a las escuelas de Vilches, en el centro del pueblo, para evitar que pudieran ser liberados si las fuerzas sublevadas de otras localidades intentaban algún ataque. Se realizaron asimismo actos anticlericales, y hubo incendios en la parroquia de Santa Marina de Aguas Santas, la iglesia de la Caridad y la ermita de la Veracruz.
Los guardias civiles permanecían imbatibles en el cuartel desde el 19 de julio, aislados del exterior. Con la finalidad de rendirlos, les disparaban desde las casas y balcones de los alrededores y les cortaron el suministro de víveres, agua, luz y teléfono. A la vez, el Comité esperaba los refuerzos de una columna de mineros, milicianos y guardias de Asalto que desde Jaén había acudido para apoyar a los republicanos de varias localidades cordobesas y que el día 21 había entrado en Espejo. Como la Guardia Civil seguía atrincherada, a las nueve de la mañana del día 24 de julio el Comité envió al cuartel de emisarias a Dorotea García Cuesta y María Antonia Jiménez Alcaide para intentar la rendición de los sitiados a cambio de perdonarles la vida y dejarlos marchar, pero la propuesta no fructificó.
1. Aguilar Galindo, Manuel
El comandante de Artillería Manuel Aguilar-Galindo y Aguilar-Galindo, jefe de las tropas golpistas que tomaron Fernán Núñez en la mañana del día 25 de julio de 1936.
Cuando los militares golpistas controlaron la situación en Córdoba, iniciaron una campaña para asegurarse el dominio de algunos pueblos cercanos. Por ello, al mando del comandante Manuel Aguilar-Galindo y Aguilar-Galindo, en la madrugada del día 25 de julio de 1936 salió desde la capital una columna de coches y camiones con el objetivo de apoderarse de Fernán Núñez. Estaba integrada por legionarios, soldados de Artillería, guardias de Asalto, algunos propietarios agrícolas fernannuñenses y miembros de las juventudes falangistas y de Acción Popular. Iban equipados con ametralladoras, fusiles, morteros y bombas de mano. A la entrada del pueblo se encontraron con dos árboles cruzados en la carretera y una barricada, desde donde los recibieron a tiros. Entre los defensores de la localidad –según los testimonios orales– caerían abatidos al menos cuatro hombres: el anarquista Sebastián Medina Lesmes, un joven libertario en la calle San José, el militante de Izquierda Republicana Juan Pedro Crespo Jaraba en la calle Córdoba y el cenetista Juan Pedro Zamorano Gómez, que fue alcanzado por los disparos de los militares en la calle San Marcos y moriría al día siguiente en la casa del médico Antonio Luna Toledano. La columna golpista consiguió penetrar en Fernán Núñez entre las siete y las ocho de la mañana y liberar del cerco a los guardias civiles. Como respuesta, en plena desbandada de miles de personas hacia los campos y en una situación desesperada y caótica, los guardianes que custodiaban a los presos de derechas internados en las escuelas de Vilches se tomaron la justicia por su mano y mataron a trece de ellos con disparos de escopeta. En total, la represión republicana causó en Fernán Núñez 16 asesinados de derechas –restando a los foráneos, 11 en las escuelas de Vilches y cinco en los cortijos de los alrededores–, cuya identidad se puede leer en este enlace.
Grupo de campesinos de Fernán Núñez, detenido por las fuerzas militares golpistas el día 25, mientras esperan la ejecución en la carretera de Córdoba. La foto fue publicada por el periódico La Voz como tomada en Baena.
Grupo de campesinos de Fernán Núñez, detenido por las fuerzas militares golpistas el día 25 de julio, mientras esperan la ejecución en la carretera de Córdoba. La foto fue publicada por el periódico La Voz como tomada en Baena.
Como hemos señalado, el comandante Manuel Aguilar-Galindo –uno de los principales artífices de la sublevación del 18 de julio en Córdoba capital– acaudillaba las tropas militares rebeldes que entraron en Fernán Núñez, en las que se integraban efectivos de la Legión, un cuerpo que aplicó estrategias de guerra colonial por los pueblos que iban cayendo en sus manos, con asesinatos indiscriminados, violaciones y rapiñas. Tres días antes, Aguilar-Galindo ya había dejado muy claro cuáles eran sus métodos cuando una columna a sus órdenes se introdujo en el también pueblo cordobés de Pedro Abad. Allí fusiló y quemó con gasolina a 14 vecinos en represalia porque habían muerto 12 presos de derechas cuando sus guardianes los habían acribillado antes de la huida. En Fernán Núñez, la actuación del comandante resultó más desmesurada, de manera que la localidad soportó el triste destino de sufrir el primer fusilamiento masivo de toda la provincia de Córdoba durante la guerra civil, al que a los pocos días seguirían otros episodios fúnebres, con cientos de asesinatos, como los perpetrados por la columna sublevada del coronel Eduardo Sáenz de Buruaga en Baena el 28 de julio y la del comandante Antonio Castejón en Puente Genil el 1 de agosto.
Tras la toma de Fernán Núñez por las fuerzas militares golpistas, el coste humano de la represión resultó enorme. Al menos 53 personas, con nombres y apellidos, cayeron acribilladas el día 25 de julio, día de Santiago, en la cuneta de la carretera; y por lo menos otras 73 fueron enviadas a la tumba durante el resto del año 1936. Los nombres de los 126 asesinados, junto a un relato histórico de los hechos y de las circunstancias de la muerte de algunos de ellos, aparece en el capítulo tercero de mi libro La campiña roja. La represión franquista en Fernán Núñez, cuya última edición es del año 2009. Este capítulo se puede leer en este enlace. A la represión sufrida por Fernán Núñez en la posguerra le dedicaré próximamente una nueva entrada del blog.

Marina Pintor
El 11 de enero de 2009, cuando la entrevisté, Marina sostiene la foto de su padre, Antonio Pintor Marín, fusilado el 16 de agosto de 1936. Nadie imaginaba que seis años después podría recuperar sus restos de una fosa común y darles una sepultura digna en el cementerio de Fernán Núñez.

Fernán Núñez ha sido de los pocos pueblos de Córdoba que recientemente ha podido extraer de las fosas comunes y enterrar dignamente a algunos de sus vecinos asesinados durante la guerra civil. En septiembre de 2012, los cadáveres de cinco fernannuñenses se exhumaron de la fosa común del cementerio del cercano pueblo de Aguilar de la Frontera, adonde habían sido trasladados y fusilados el 16 de agosto de 1936. Los cuerpos recuperados corresponden a Antonio Pintor Marín (presidente de la agrupación local del PSOE), Teodomiro Villalba Velasco, Alfonsa Galán Luna, Fernando Valle Luque y su esposa María Antonia Jiménez Alcaide, embarazada de cinco meses. La labor de exhumación la realizó AREMEHISA, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Aguilar de la Frontera. Esta misma asociación ha iniciado a finales de agosto de 2015 los trabajos para la localización de los restos de otros ochos ocho vecinos de Fernán Núñez. Todos eran miembros de una familia apodada Los Carboneros y trabajaban en el cortijo de Villafranquilla, que tenían arrendado. En la masacre colectiva cayeron asesinados, el 16 de septiembre de 1936, Manuel Torres Herrera, Manuel Galindo Moriana, Manuel Torres Romero, Juan Antonio Marín Sojo, Antonio Marín Lomares “Marcelino”, José Rodríguez Gil y su hijo José Rodríguez, pero solo tres de ellos aparecen inscritos en el Registro Civil como fallecidos. Sobrevivieron al fusilamiento Manuel Torres Romero (al que descubrieron y remataron) y Antonio Marín Torres, quien con una herida en la cara se hizo el muerto entre los cadáveres y consiguió llegar a Fernán Núñez para esconderse. Sus cuerpos, al parecer, reposan en la fosa común del cementerio de Guadalcázar, donde en este momento se están realizando las labores de búsqueda. Una noticia sobre este hecho se puede leer en este artículo de Eldiario.es.
FOTOS DE VÍCTIMAS MORTALES DE LA REPRESIÓN FRANQUISTA
El camarero Benjamín Ansio Rídez, de 17 años, asesinado el 25 de julio de 1936.
El camarero Benjamín Ansio Rídez, de 17 años, asesinado el 25 de julio de 1936.
El vaquero Gonzalo Ansio Rídez, de 19 años, asesinado el 25 de julio de 1936.
El vaquero Gonzalo Ansio Rídez, de 19 años, asesinado el 25 de julio de 1936.
El corredor de fincas Gonzalo Ansio Crespo, de 57 años, fusilado en Córdoba el 28 de octubre de 1936.
El corredor de fincas Gonzalo Ansio Crespo (padre de los dos anteriores), de 57 años, fusilado en Córdoba el 28 de octubre de 1936.
El matrimonio Fernando Valle Luque, de 42 años, y Mª Antonia Jiménez Alcaide “La Fina”, de 41 años, embarazada de 5 meses, fusilados el 16 de agosto de 1936 en las proximidades de Aguilar de la Frontera.
Mª Antonia Jiménez Alcaide “La Fina”, de 41 años, embarazada de 5 meses, fusilada junto a su marido (foto de abajo) el 16 de agosto de 1936 en Aguilar de la Frontera.
El matrimonio Fernando Valle Luque, de 42 años, y Mª Antonia Jiménez Alcaide “La Fina”, de 41 años, embarazada de 5 meses, fusilados el 16 de agosto de 1936 en las proximidades de Aguilar de la Frontera.
Fernando Valle Luque, de 42 años, fusilado junto a su esposa (foto de arriba) el 16 de agosto de 1936 en Aguilar de la Frontera.
El chófer Antonio Pintor Marín, de 43 años, presidente de la agrupación local del PSOE, fusilado el 16 de agosto de 1936 en Las Salinas (Aguilar de la Frontera).
El chófer Antonio Pintor Marín, de 43 años, presidente de la agrupación local del PSOE, fusilado el 16 de agosto de 1936 en Aguilar de la Frontera.
José Frías Collado, de Izquierda Republicana, fusilado el 25 de julio de 1936.
6. González Carmona, Francisco
El anarquista Francisco González Carmona, fusilado el 3 de septiembre de 1936
Antonio Bascón Sillero, natural de Montalbán, de 51 años, asesinado el 1 de octubre de 1936 en la carretera de Córdoba (está inscrito en el Registro Civil de Fernán Núñez).
Antonio Bascón Sillero, natural de Montalbán, de 51 años, asesinado el 1 de octubre de 1936 en la carretera de Córdoba (está inscrito en el Registro Civil de Fernán Núñez).
Juan Gómez Eslava, de 35 años, encargado del cortijo El Viento, fue fusilado el 16 de octubre de 1936 en el cementerio de San Rafael de Córdoba.
Juan Gómez Eslava, de 35 años, encargado del cortijo El Viento, fue fusilado el 16 de octubre de 1936 en el cementerio de San Rafael de Córdoba.
El agricultor Luis Raya Luque, de 41 años, asesinado el 14 de agosto de 1936 en la cuesta de los Visos.
El agricultor Luis Raya Luque, de 41 años, fusilado el 14 de agosto de 1936 en la cuesta de los Visos.

FOTOS DE VÍCTIMAS MORTALES DE LA REPRESIÓN REPUBLICANA
Justo Moreno Luque, coadjutor de Montemayor, asesinado en las escuelas de Vilches.
Justo Moreno Luque, coadjutor de la parroquia de Montemayor, asesinado en las escuelas de Vilches.
Rafael Reyes Moreno, sacerdote de la parroquia de Santa Marina, asesinado en las escuelas de Vilches.
Rafael Reyes Moreno, sacerdote de la parroquia de Santa Marina, asesinado en las escuelas de Vilches.

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