lunes, 22 de diciembre de 2014

5 traumas navideños de la infancia


Todo es felicidad en estas fechas decembrinas, pero la vedad es que no siempre fue así, pues de niños algunos sufrimos cosas que nos convirtieron en todo un “grinch”. ¿Tienes algún mal recuerdo? En seguida te presentamos los peores traumas navideños de la infancia para que sepas que no eres el único en el mundo en hacer caras cuando hablan de intercambios o aventar el globo a Santa.




¡Tranquilo! Aún creemos que se pueden superar, te decimos cómo.

1. En el intercambio no te dieron nada.


Abres tu correo y … ¡Taran! Te dicen que si quieres entrar al intercambio de la chamba. Tu cara es de espanto y enseguida recuerdas los días de primaria en el que te tocó Juanito y saliste con tu mamá y tus ahorros para comprar el mejor regalo para ese niño.  El trauma de tu vida fue llegar a la escuela y después de dar tu regalo, oír a la maestra diciéndote  que el niño al que le tocaste ¡no vino! ; peor aún, le tocaste al más codo del salón, y mientras tú trajiste algo padrísimo, ese niño te dio sólo una barra de chocolate.
Luego de ese recuerdo, regresas al mail en la computadora y contestas el correo con un “No gracias”, o de plano haces que no lo viste.

2. El globo a Santa/Reyes se atoró.


¿Vas en el carro, metro, o en la calle y te encuentras al señor globero y lloras? Lo sabemos, fuiste de esos niños que cuando soltaron su globo con una carta súper pesada se le atoró en los cables. No te preocupes, este trauma es más fácil de borrar.
Sólo haz tu carta; compra un globo; súbete a la azotea;  fíjate que no haya viento, y sobre todo ¡aléjate de los cables! Suéltalo, sí, no pasará nada. Listo, tú globo fue enviado satisfactoriamente a Santa y los Reyes.

3. No te trajeron lo que pediste Santa/Reyes.

 

Típico: no puedes dormir, tienes las cosquillas a todo lo que da, terminas dormido y cuando despiertas  ves que debajo del árbol no está nada de lo que habías pedido.

4. La piñata de barro se te rompió en la cabeza.

 

“Dale, dale, dale, no pierdas el tino… Ese niño es muy tonto se parece a su  papá” ¿Escuchas esta canción y tiemblas? Nosotros también, pues sabemos  lo mal que te sentiste en medio de la posada con todos riéndose cuando al pasar a darle a la piñata (de barro) se te rompió en la cabeza, la rompiste con ella, o te pegaron con el palo con el que le dan. Lo peor de todo, además del golpe, fue que al caer los dulces no agarraste ninguno.

5. ¡Descubrir la personalidad de Santa y de los Reyes!  

Esto es lo más feo, aunque seguro lo superaste ponto porque, como muchos, fingiste no saber nada... DURANTE AÑOS, hasta que ya estuvo muy raro.

Garuyo/Claudia Aguilar