jueves, 20 de noviembre de 2014

Violaciones divinas a niños en Granada




Pero da la casualidad de que este chaval había denunciado estos abusos, antes que ante el papa, a altas jerarquías eclesiásticas españolas. Y las altas jerarquías eclesiásticas españolas no hicieron nada. Supongo que la Justicia investigará y condenará por omisión a todos estos obispos y arzobispos (Aníbal Malvar)









De todos es sabido que el pirata Diomedes robó todo lo que pudo, por los mares, a bordo de su galera. Atacaba y saqueaba a todos los barcos que se le ponían al alcance. Hoy se le hubiera considerado un terrorista, como a tanta gente que pelea por la paz. Y Diomedes lo explicó muy bien cuando Alejandro Magno lo apresó y lo mandó pasar por la quilla...

–Diomedes, pedazo de cabrón –le dijo Alejandro Magno (más o menos)–. Te condeno a muerte por todos los robos y asesinatos que has cometido en el curso de tus viajes.

–Alejandro, pedazo de cabrón –le contestó Diomedes (más o menos)–. La única diferencia entre tú y yo es que tú tienes más barcos. Por eso a ti te llaman conquistador y a mí pirata.

Yo siempre he preferido al pirata que al conquistador. Los dos cometen el mismo tipo de delitos, pero el pirata mata menos y no compra a un legislador que convierta en ley sus atrocidades.

Esto de los piratas y los conquistadores viene a colación por las violaciones de curas a niños que acaban de descubrir en Granada. Cuando un pederasta de la calle es investigado y detenido, vemos un gran despliegue de medios policiales y periodísticos atendiendo a la escena, contando detalles, hablando con compañeros, vecinos y amigos, poniéndole cara y voz irrevocable al energúmeno. Cuando se trata de un cura, la cosa se queda como en el limbo. Son conquistadores, no piratas.

El joven de 24 años que denunció haber sido consuetudinariamente violado desde sus 12 años hasta la mayoría de edad, escribió al papa este que tenemos ahora y le contó cómo lo habían violado. Y el papa le contestó. Y arrancó una investigación...

Pero da la casualidad de que este chaval había denunciado estos abusos, antes que ante el papa, a altas jerarquías eclesiásticas españolas. Y las altas jerarquías eclesiásticas españolas no hicieron nada. Supongo que la Justicia investigará y condenará por omisión a todos estos obispos y arzobispos que supieron de los abusos y los callaron. O no. Porque son conquistadores, y no piratas.

Es muy difícil encontrar datos, en cualquier país de nuestro entorno y hasta Marte, sobre el número de abusos sexuales denunciados contra sacerdotes. Y en España no he visto casi nunca, o nunca, la imagen de un cura esposado entrando en la cárcel por haber abusado de menores. Alguno habrá en las cárceles, quizá dos o tres, pero no nos dan mucha información sobre el problema...

Yo quiero saber el nombre y los apellidos de los curas, obispos y arzobispos españoles que recibieron la carta de denuncia de este chaval antes que el papa, y encausarlos por encubrimiento. Es una cuestión de fe. Entre la piratería.


Artículo (extracto): 'http://blogs.publico.es/rosa-espinas/2014/11/19/la-sagrada-violacion-de-un-nino/'