jueves, 30 de octubre de 2014

NI PONCIO PILATOS



Vaya por delante que lamento decirle esto a un paisano, porque Juan Ignacio Zoido es de mi pueblo, al menos eso pone en la Wikipedia. Mira, Juan, la decisión que has tomado como alcalde de Sevilla de multar con 750 euros a las personas que rebuscan comida en la basura es indigna, miserable, infame, bajuna, traicionera y vergonzosa. Ni Poncio Pilatos, que tenía Jerusalén infectada de mendigos, se atrevió a tanto. Te pongo el ejemplo de Poncio por ayudar a tus cortas luces éticas a entender la magnitud de tu canallada, porque sé que eres catoliquísimo, apostoliquísimo y romanísimo.

Y hablo de luces con toda intención, porque en tu pueblo, el mío, hasta el montellanero más cenutrio, que soy yo, alcanza a entender que nadie rebusca comida en la basura llevando encima 750 euros. Pero tú no vas por ahí, no, carecerás de razonamiento ético, pero no económico, y sabes que los piojos de los pobres son de oro, y que ese padre de familia o ese pensionista empobrecido por los latrocinios de tu régimen, ese ser humano que rebusca comida en los contenedores, degradado a subsistir como un animal callejero, quizás cobre a primero de mes una ayudita, una pensioncita, y ahí le vas a morder cuando tus esbirros lo pillen buscando yogures caducados. Ya el banco se encargará de ingresarte la multa.

Deberías bajar a veces de las alturas y venir con más frecuencia a este pueblo tuyo donde abunda la necesidad tanto como la solidaridad. Y tomar ejemplo. Algunos paisanos tuyos pasan hambre, Juan, como tus súbditos sevillanos, un hambre quevedesca y cervantina, pero aquí se les ayuda, no se les exprime –el domingo, por ejemplo, hubo un partido al que acudió quien pudo- y lo recaudado engrosa las despensas de las monjas y de Cáritas, que buen uso le dan luego. Desconozco lo que te enseñarían en el colegio, Juan, pero a mí me enseñaron que a los pobres hay que darles, no quitarles, aunque ese sea el principal negocio de la cofradía del hampa en que militas.

¿Tanto envilece la política, Juan? ¿Qué gana tu conciencia dictando una medida que hasta el centurión más bestia de Poncio vería injusta? ¿Has pensado lo que debe sufrir un ser humano buscando comida en la basura? ¿Quién te has creído que eres por ser alcalde de Sevilla? ¿Crees que Mariano te defenderá ante Dios cuando os llegue la hora? ¿Qué tiene el poder que os hace ser inhumanos y creeros inmortales y superiores? Se te debería caer la cara de vergüenza, Juan, por esa norma que has dictado contra los más débiles. Cuando veas en Semana Santa a ese magnífico Pilatos de Castillo Lastruci en el paso de la Macarena, míralo bien a los ojos y piensa que hasta él tuvo más clemencia con los mendigos judíos que tú con los sevillanos. Por lo menos los dejaba rebuscar en la basura.