sábado, 6 de septiembre de 2014

© Fernando Parrilla Zapata

 
El Arte es el reflejo de la sociedad que lo crea: se cuestiona el pasado, y nos remitimos a la incertidumbre del futuro, retomando esquemas conocidos y aplicando nuevas formas para andar unos pasos que investiguen las maneras de lo que creemos venidero. Se cuestiona su razón como valor social: qué es más importante, cubrir las necesidades básicas de la naturaleza de un pueblo, o crear una obra que reflexione sobre las circunstancias en que está inmerso dicho pueblo?.
Cualquier dirección es válida para encontrar el camino: lanzarse al vacío sobre nuevos esquemas o retomar recreando lo ya investigado con un punto de vista actual o de futuro?.
© Fernando Parrilla Zapata
 
LA TORRE DE BABEL por José Antonio Illanes
Los lienzos de Fernando Parrilla nos transportan a las lindes del tiempo, allí donde se funde la razón con la locura, el sopor amargo de la añoranza con el ímpetu esperanzado de los afanes. Allí nos traslada su pintura, y allí, Parrilla acunado en los cuernos de sus lunas andinas, en los ojos nostálgicos de sus creaciones, nos cura las llagas de la incertidumbre. El paseado es lo que fue, el futuro lo que será, el presente, la conjunción perenne de todas las lineas y conceptos de sus cuadros. Esa es la verdad de Parrilla. Todo es presente, tanto en el tiempo como en el espacio.
Fernando Parrilla sintetiza infinitos conceptos en una sola imagen. Cualquiera de sus cuadros, abandonado, aislado, de por sí, es un tratado de filosofía, un libro abierto a la imaginación y al pensamiento. La Giralda, los Reales Alcázares, las elegantes, cuadriculadas, torcidas palmeras de Sevilla, compartiendo la luz y el espacio con un faraón anónimo que hubiera querido alzar su pirámide junto al Guadalquivir. Diosas robotizadas, humanos de metal, sirenas galácticas danzando en los zócalos centenarios de Sevilla. Egipto, Mesopotamia, Andalucía... cada cuadro de Parrilla es un jeroglífico en la pirámide del pensamiento, una torre de Babel que incita a ver el mundo desde sus almenas.
Del catalogo de mi exposición celebrada en la primavera de 1997 en la Fundación del Colegio de Aparejadores de Sevilla.
© José Antonio Illanes.