martes, 27 de mayo de 2014

Abencalez y el agua

  El Patrimonio Histórico de Fernán Núñez,

Abencalez y el agua

¿Qué sería de un asentamiento, sea de la época que sea, sin el agua?

Abencalez la tenía y en abundancia. No hay más que ver la ladera por donde se supone su ubicación, cuya base se encuentra regada por el Ventojil, el curso de agua más importante de nuestro término, importancia que ya vieron nuestros antepasados que le dieron el nombre de uno de los principales jefes de su tribu: Abentoxil.

Los restos hidráulicos de época romana en la zona de las Huertas, son muy abundantes y se encuentran bien documentados, quedando hoy día restos de construcciones que fueron recicladas hasta siglos más próximos a la actualidad, gracias a las construcciones de los molinos por parte del tercer conde don Francisco Gutierrez de los Ríos



Abencalez, también tenía sus fuentes, lógicamente y aunque no haya fechas concretas ni certeza de su origen todo pinta que la Fuente del Pozuelo era uno de sus principales puntos de agua. Fue restaurada en los 90. Antiguamente se le conocía también por fuente del Pozo Quemado.



Y además, contaban en sus proximidades del estanque de la Juncada o la Juncá, en la actual piscina municipal.

Por tanto, no queda ninguna construcción hidráulica árabe vinculada a la aldea, pero si que quedan construcciones posteriores que enmascaran un claro pasado árabe y la toponimia, que muchas veces, es el único legado de un pasado que aunque no se muestra con restos, si lo hace con palabras, que aguantan mucho mejor el paso del tiempo.


Ubicación de Abencalez (Primera parte)

¿Dónde se situaba realmente Abencalez?

A día de hoy, esa sigue siendo una pregunta muy difícil de responder. Sin embargo para facilitar las cosas respondamos mejor a esta otra:

¿Dónde es seguro que no se sitúaba Abencalez?

1. Por similitud, se podría pensar que la torre de la aldea de Abencalez era la torre desmochada del Palacio, y que este se encontraba debajo del actual pueblo, que con el tiempo fue perdiendo su nombre a favor del actual. No cabe duda que no tiene ni pies ni cabeza si se supervisa los documentos que atañen a la conquista de estos territorios, donde se diferencian claramente tres torres, conquistadas por diferentes capitanes. La incógnita aquí es el nombre árabe de la torre del Palacio, que lógicamente será tratado en otra entrada.

2. La actual torre de la Iglesia de Santa Marina de Aguas Santas. Otra torre sin nombre conocido, con restos de almenas y de pasado militar. No cabe duda que por la proximidad a la zona del Palacio, se descarte como la zona de Abencalez y su torre.

3. La torre de la Atalaya y restos de fortificaciones de la zona de El Plantonar. Nuevamente los escritos relativos a la conquista cristiana y alguna que otra prueba material que nos queda como ahora veremos más adelante, nos sitúan mucho más próximos al actual Fernán Núñez y en la dirección oeste y no al este, donde se sitúa esta torre.

El no tener unos restos arqueológicos de la antigua aldea o alquería, dificulta esta labor dejándola más que en meras hipótesis.



Según Crespín Cuesta, en el homenaje a Juan Crespo, en el VI centenario de la Villa:
Descendientes de Maad, Cais, es el árabe que llega a nuestras tierras pasando a llamar el terreno Ulía – al- Cambania, para distinguirlas de otras. Los caisitas se asentaron en: Las erillas, Hazas de la Villa Valdeconejos y Mudapelo, estos dos últimos asentamientos fueron posteriormente abandonados y el resto se agruparon en la zona de La Juncada, Las Primeras, y el cerro del Calvario formando Aben-Cais. Todo ello conlleva:
- Adaptación de la torre desmochada del palacio actual.
- Creación de la torre de Abentojil en Zorreras.
- Creación de la torre de la Atalaya, cerca de las canteras.
- Creación de la torre de Abentoxilla, junto al arroyo en tierras del Cortijo de Cuarto Nuevo

Este conjunto de fortificaciones es lo que se conoce como las torres militares de Abencalez y se cree que Aben Tojil fue el señor que mandó hacer la torre con dicho nombre.


Crespín Cuesta propone que Uliat-al-Cambania era una región de la campiña sur actual, heredera de la antigua Ulía romana, cuyo principal núcleo era Abencalez. A su vez, el territorio de Abencalez se delimitaba por una serie de torres (la del actual palacio, las que circundan el Ventojil y la del Plantonar) Estas atalayas podían estar en los límites de los territorios, marcado por el arroyo Ventojil, el principal curso de agua del término actual y por la Torre de la Atalaya en el punto más alto del término municipal. Todas vigilando la vega de dicho arroyo así como el camino que llevaba a Córdoba y Antequera. En la zona sur no hay restos ni evidencias de torres, hasta que se llega a la Fortaleza de La Rambla.

Aunque luego los conquistadores cristianos conquistasen de manera individual estas torres, puede existir la posibilidad de que fueran todas pertenecientes a la antigua alquería de Abencalez, bajo la misma jurisdicción de un señor feudal árabe de la época.

Por otro lado, existían en época romana una serie de villas (de las que si hay restos arqueológicos) y que coinciden con los puntos marcados por Crespín como nuevo asentamiento de los árabes tras la invasión, por la costrumbre de aprovechar materiales de los nuevos colonizadores. Tiene lógica que Valdeconejos y Mudapelo fuesen abandonados por encontrarse más distantes del resto de núcleos habitados y así se fuese formando con más solidez el núcleo en torno a la torre de Abencalez.

Resumiendo, Crespín considera dos etapas:

1ª etapa
Asentamiento de los árabes en nuestro término


2ª etapa
Reestablecimiento y constitución de la aldea de Abencález
Consolidación militar con torres vigias.

Sin embargo, Crespín poco dice de la Torre de Abencalez, situada en la propia aldea (la añado yo al mapa) y que debería ser el gran bastión de la zona (así queda documentado a posteriori y por lógica del desplazamiento de los núcleos poblados hacia su zona para protección) Sorprende que hable del asentamiento en La Juncada, zona pantanosa donde se ubica la actual Piscina Municipal, pero por supuesto, debe ser basada en restos arqueológicos aparecidos en esa zona.