martes, 5 de noviembre de 2013

Somos tan pocos: sólo el 10% del mundo tiene sexo anal

Imagen ilustrativa.
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Esa mínima porción de la población experimenta la sodomía. A los hombres los atrae el hecho de que sea tabú, sin embargo a las mujeres les cuesta por el simple hecho de sentir dolor. Más detalles, en la siguiente nota.
Dice la literatura médica que esta práctica comenzó a ser popular entre las parejas heterosexuales para disfrutar del sexo sin preocuparse por un embarazo. En ese entonces no había condones y tampoco existían las pastillas anticonceptivas. Sin embargo, el dolor que generan las primeras veces, la impresión de saber que se está introduciendo algo por una parte del cuerpo que en realidad cumple la función de expulsar previno a muchas mujeres, pero terminó incentivando el misterio y la emoción por probarlo entre los hombres.
La sexóloga venezolana Michela Guarente explicó en varias publicaciones que en el momento en que esta práctica duela o moleste lo mejor es suspenderla. “Pero si ambos se sienten cómodos, la verdad es que se pueden tener orgasmos muy intensos”.
Se sabe que en el mundo la sodomía, como también se le dice al sexo anal, es practicada sólo por cerca del 10% de la población. A ellos les encanta por el tabú que se ha tejido a su alrededor, por esa sensación animal que representa este encuentro y porque es un lugar más estrecho que genera mayor placer. Ellas asumen un rol más pasivo, que algunas, como admitió la actriz Isabelle Stoffel, aprenden a disfrutar y a convertir en una experiencia erótica, pero la mayoría coinciden en que para gozarlo se necesita un buen calentamiento.
Para evitar situaciones incómodas no hay que olvidar, recalca Guarente, usar preservativo, “y tratar de verlo no como una barrera contra el placer, sino como una protección contra las infecciones”. Dejar a un lado los prejuicios y abrirse a probar algo distinto. Pero no se trata de obligarte. El mundo del placer es para explorar, descubrir y sentir sin presiones ni remordimientos.