lunes, 21 de octubre de 2013

DESPUÉS DE 77 AÑOS, LA FAMILIA DE DOS SINDICALISTAS RECUPERAN SUS RESTOS Y LES DAN SEPULTURA

Los dos mineros de Rio Tinto fueron asesinados en El Álamo por creer la promesa de que sin sangre en las manos nada les iba a pasar.
 
el plural.com / AURORA MOYA / 20-10-2013
 
 
 
Nicomedes Fernández Rubiano y José María Martín García eran mineros y sindicalistas en la explotación de Río Tinto. Fueron ejecutados sin más por la unidad militar especial Harca de las tropas franquistas el 10 de febrero de 1938 en una cuneta de la carretera onubense de El Álamo. Creyeron en la promesa de los golpistas de que sin delitos de sangre nada les iba a pasar. Sus restos recibirán sepultura en el cementerio sevillano de Osuna. Santiago Fernández, sobrino de Nicomedes, relataba a ELPLURAL.COM que su tío “se entregó para evitar que maltrataran a su madre y a sus hermanas. Le asesinaron”.
En la aldea donde les mataron, El Álamo no vive más allá de un centenar de personas. Pertenece a la cuenca minera de Huelva pero se encuentra en la provincia de Sevilla. Allí, en la carretera que va a Villargordo, los mataron a los dos. Los dejaron en la cuneta. “Mi tío Francisco, cavó la fosa y allí metió los cuerpos perfectamente alineados”.
Dejaban flores cuando no les veían
Piensa Santiago Fernández que seguramente sería un día de agua porque “lo envolvió en un capote de trabajo de los que están en campo, un capote de ganadero, de hule. La fosa estaba localizada porque la hermanita de Nicomedes, había estado allí con poco más o menos seis años y contaba que cuando no les veían le dejaban flores y un rosario y recordaba la zona.
El destierro
Nicomedes era dirigente socialista local de CNT. Trabajaba en la minas de Río Tinto y era sindicalista. “Tengo una documentación de la RioTinto Minera Company, una nota escrita en inglés que refiere que participó en un encuentro a tiros con la guardia de la mina y durante la huelga del 4 de octubre de 1934. A raíz de estos sucesos, tanto él como su hermano Benito fueron desterrados de Nerva”, explica Santiago.
Readmitidos en la mina
Se marchó toda familia. La mujer de Benito en estado de su tercer hijo. Han sabido que también José María Martín, el buen amigo y compañero sindical de Nicomedes había sido despedido. “Les readmiten gracias al decreto de amnistía y a mi tío Benito y a José María les indemnizan. El 10 de julio de 1936 se reincorporó Nicomedes, pero apenas una semana, porque su último día de trabajo fue el 17 julio de 1936. Huye, aunque Nerva no es tomada por las tropas golpistas hasta el 16 de agosto de 1936.

FOTO: Trabajos de exhumación en El Álamo