martes, 25 de junio de 2013

Cremas de protección solar: grandes diferencias de precio

                           
Cremas de protección solar: grandes diferencias de precio
Hay que usar y abusar del protector solar. La OCU recomienda aplicar unos 35 ml de protector cada dos horas. Además pide más control a la Administración y fabricantes para asegurar que estos productos cumplen su cometido.



Madrid, 12 de junio de 2013. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha realizado un análisis de 15 protectores solares con factor 30 o alta protección para averiguar su factor de protección real, resistencia al agua, fotoestabilidad, propiedades cosméticas y etiquetado. La conclusión más importante es que hay que ser generoso en la aplicación de estas cremas. Lo ideal es aplicar 35 ml (5 cucharaditas) cada dos horas. Toda la información sobre los resultados del análisis se publica en la revista OCU Salud del mes de junio.

Algunas protegen de menos

El estudio de OCU ha encontrado cuatro marcas que tienen un factor de protección real inferior al anunciado (30 SPF). Dos de ellas son, en realidad, de protección media: es el caso de La Roche Posay y Biotherm. Este hecho es doblemente grave porque reduce la seguridad del usuario, que está más expuesto al sol de lo que cree, y porque el precio de una crema de menor protección debería ser también menor.

Usar y abusar

OCU insiste en que es vital aplicar una cantidad generosa de crema cada dos horas. Lo ideal son 35 ml, unas 5 cucharaditas, en todo el cuerpo. Esto significa que, para una protección eficaz, se necesitará dos botes de 200ml a la semana. A pesar de lo que se pudiera pensar, no hace falta gastarse mucho dinero en un buen protector. De hecho, con los resultados de laboratorio obtenidos, OCU otorga las mejores calificaciones a cremas que se pueden adquirir en hipermercados o perfumerías y que no superan los 60 euros/litro.

Mucha literatura

OCU denuncia que muchas de las alegaciones que se utilizan en el etiquetado son gratuitas y no aportan nada al consumidor, como por ejemplo: “hipoalergénica” (porque no garantiza que no pueda producir alergias, ya que al mismo tiempo lleva fragancias); “dermatológicamente testado” (porque no hay norma estándar que lo regule); o “libre de parabenes” (porque no garantiza que no contenga otros disruptores endocrinos). Más grave es el caso de alguna crema de precio elevado que no respeta la recomendación europea de transcribir las advertencias básicas de uso en español o que utiliza una letra diminuta, imposible de leer sin lupa.

Hace falta más rigor

A la vista de estos resultados, OCU se sorprende de que la Agencia del Medicamento y Productos Sanitarios no haya sido capaz de detectar que algunas cremas protectoras tienen menos protección de la que dicen tener.
OCU afea a los fabricantes su falta de rigor, puesto que ya sea porque la crema no es fresca, por las condiciones de almacenamiento o por ahorrarse en protección, el caso es que el factor anunciado no es el que se refleja en el laboratorio. El fabricante debe asegurarse de que la calidad del producto que pone en el mercado se mantiene a lo largo de toda su vida.
A unos y otros, la Organización de Consumidores y Usuarios les exige responsabilidad: los protectores solares son vitales frente a los rayos ultravioletas.
Importante: Según la redacción actual de la Disposición adicional cuarta del Proyecto de  Ley de Mejora de la Cadena Alimentaria, si este análisis hubiera tratado de productos alimenticios, no podría haberse publicado. El Gobierno está a tiempo de no legislar en contra del derecho de expresión y del derecho a la información de los consumidores.
Para más información (medios de comunicación): Eva Jiménez  Tfno.: 91 722 60 61  - ejimenez@ocu.org