domingo, 8 de julio de 2012

Un constructor se corta las venas en el Consistorio de Marbella para reclamar una deuda


Imagen de archivo del Ayuntamiento de Marbella.


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Un constructor se corta las venas en el Consistorio de Marbella para reclamar una deuda

DICE QUE SE LE DEBEN DE MÁS DE 1,5 MILLONES ANTE LA NEGATIVA DEL AYUNTAMIENTO

La desesperación por su situación le pudo. Juan Carlos Carrasco Heredia, un constructor arruinado, que trabajó del 2002 al  2004 para el consistorio de Marbella, reclamó la deuda que supuestamente el Ayuntamiento le debe con su sangre. Literalmente. El constructor, en dramático gesto, se cortó las venas dentro del despacho del coordinador municipal de Hacienda y Personal, Carlos Rubio, uno de los cargos políticos del PP que más salario percibe, 109.448 euros anuales. Juan Carlos se puso delante de él. Le dijo que ya no podía mas y, con un bisturí que se había comprado en la farmacia, de un corte limpio salpicó de sangre al político diciéndole:” ¿Qué queréis mas de mi?..... Me habéis arruinado ¿también queréis mi sangre? Pues ahí la tenéis”.
Rubio trataba de tranquilizar al conocido constructor linense, afincado en Marbella desde hace más de 20 años. Le dijo que esa no era la forma de pedir nada, y que siguiera los cauces establecidos legalmente, los que utilizan los demás proveedores y acreedores. Pero el empresario llegadas a esas alturas ya se había cansado de insistir.
El pasado martes, Carrasco se levantó, como todas las mañanas, hastiado de saberse arruinado, como muchos otros empresarios del municipio que han visto sus empresas quebrar por la situación política. El empresario, muy conocido en la localidad por su larga relación laboral con el Consistorio durante la era GIL, entró como si nada en la sede consistorial de la plaza de los Naranjos para reclamar que le pagasen sus facturas. Se sentó y esperó su turno para acceder al despacho de del coordinador municipal de Hacienda. Cuando entró comenzó con su reclamación habitual: el montante que según el Consistorio le adeuda. Pero la respuesta fue la de siempre: “El Ayuntamiento no le debe nada a usted". Porque, según el municipio, no hay ninguna deuda reconocida sobre el papel. Fue entonces cuando sacó su bisturí y empezó a gritar: “Me lo habéis quitado todo, ya no me vais a quitar mas” y sin más se corto las venas ante la estupefacción de Carlos Rubio.
Nada se denunció. El PSOE e IU critican ahora el ocultismo con que se ha llevado todo este lamentable suceso. El Grupo Municipal Socialista ha anunciado que va a "pedir explicaciones por escrito a los responsables, porque ni se llamó a la policía ni a nadie", asegura su viceportavoz, Ricardo López. "Carrasco solo fue atendido por un médico del Ayuntamiento y de ahí lo sacaron por la puerta de atrás. Una vez más este Ayuntamiento no ha obrado correctamente y, como siempre, tapándolo todo”.
La huelga de hambre
No es la primera vez que Carrasco, responsable de la empresa Construcciones Brick 2000 S.L, protagoniza un acto de protesta. En 2009 inició una huelga de hambre frente a las puertas del Ayuntamiento de Marbella, para reclamarle a la alcaldesa Ángeles Muñoz, más de 1,5 millones de euros por obras adjudicadas por los anteriores gobiernos de Gil. Su caso es el de un mediano constructor que llevó a cabo obras para el Consistorio marbellí y no se las pagaron. Carrasco lleva muchos años reclamando lo que considera suyo.
Su peregrinaje empezó ante Marisol Yagüe, luego se dirigió a la antigua comisión gestora y ahora a Carlos Rubio, un político que ya se pronunció cuando el empresario inició la huelga de hambre. El coordinador municipal de Hacienda dijo entonces que, según los informes del Tribunal de Cuentas, la deuda que reclama Carrasco "se trata de servicios no prestados, porque las facturas no se corresponden". Este dato fue corroborado por exsubdelegado del Gobierno en Málaga, que afirmó que "existen informes técnicos que aseguran que no existe una deuda real con este señor", por lo que oficialmente para el coordinador de Hacienda "no se le debe nada a Brick 2000", una empresa a la que situó como "otras muchas que aparecen mencionadas" en los informes contables elaborados por el citado órgano fiscalizador.
El sufrimiento del empresario comenzó en 2002, cuando Julián Muñoz cedió a la empresa de Carrasco dos inmuebles situados en el complejo Banana Beach, otro en el edificio Napoleón y un almacén en Nueva Andalucía, a cambio de que la constructora ejecutara obras públicas por un valor superior al millón de euros. Sobre el local cedido por el ex alcalde pesaba un embargo, por importe de 700.000 euros, que Carrasco asegura no haber detectado cuando formalizó la escritura ante notario. Ante las reclamaciones de Brick 2000, la alcaldesa, Marisol Yagüe, decidió zanjar el asunto permutándole el polémico local por las dos viviendas de la urbanización Lunamar.